Categorías
General Opinión Política

Ir por Todo

La visión kirchnerista del mundo, entre el relato y la realidad. Las consecuencias sobre la política internacional. Las encrucijadas de Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri, ante la Casa Rosada y las elecciones. Las paritarias en plena ebullición. Octubre ya está en la mira de todas las decisiones.

El jueves 27 se cumple un año de aquel encuentro en la ciudad de Rosario, en el que la presidente arengaba a sus seguidores – mientras la intendente Mónica Fein hacía uso de la palabra – asegurándoles a sus militantes enardecidos: “Vamos por todo”. Cinco días después del accidente ferroviario más luctuoso de la Ciudad de Buenos Aires, la presidente se ocupaba de mostrar fortaleza y decisión, ignorando la tragedia, al igual que hizo su marido con el caso “Cromagnon”.

Esa visión sesgada, navega entre las aguas del oportunismo y la épica revolucionaria, tiñendo todos los actos de gobierno de la era del matrimonio Kirchner, pero exacerbada en la etapa cristinista, tal vez por su afición a la tribuna y al abuso de su oratoria de barricada. Por las razones que fuere, el gobierno hace gala de una concepción del capitalismo, entendido como una bestia a la que hay que domar/regular, disciplinando al mundo empresario por vías de la fijación de la tasa de ganancia y no, como ocurre en general, por medio de un sistema tributario que redistribuya la riqueza sin afectar las expectativas de inversión y negocios de los distintos actores del mercado.

Profundizando, ciertos versículos de este evangelio – cuya autoría podría atribuirse a Axel Kicillof – completa esta perspectiva la idea de que el control del ejercicio de los derechos de propiedad es la mejor herramienta para regular los díscolos comportamientos de los empresarios. Por caso, recién “adentro” de YPF, l’enfant terrible pudo tomar dimensión de lo que allí ocurría. Por último, prima el concepto por el cual los precios domésticos no deben reflejar los precios internacionales, es decir, deben permanecer “desenganchados” de la realidad mundial, sin olvidar que el tipo de cambio también es un precio.

A estas ideas se le suma la versión sui generis de sistema democrático, caracterizado por la ausencia de mediaciones, o de mediaciones formales; la preeminencia de la mayoría electoral para avalar todos los deseos del Poder Ejecutivo, en nombre del pueblo; la descalificación de los poderes Legislativo y Judicial rotulados de opositores cuando ejercen su facultad constitucional de balance de poder y, finalmente la persecución económica de medios que no comulgan con el evangelio K.

De estas dos vertientes, más o menos manifiestas en los discursos, pero aplicadas con eclecticismo y oportunidad, según el caso, se desprende el curso de la política en materia de relaciones internacionales. El “memorándum” – elevado a carácter de Tratado en su paso por el Senado – con el gobierno totalitario de Irán, a raíz del caso del atentado la AMIA, reflejan que en el campo internacional el kirchnerismo cree que la crisis económica global – de ese capitalismo decadente – y las fisuras y defecciones de algunos de los países líderes del mundo, abren la puerta para introducir cambios ensayando maniobras estrafalarias, so pretexto de hallar con este acercamiento un camino hacia la verdad de los hechos que, hay que recordar, tienen una responsabilidad primaria en el Estado argentino. El gobierno ya consagró en un juicio oral escandaloso, la impunidad para la llamada “conexión local”.

El canciller Héctor Timerman en su desopilante exposición en el senado, no

pudo responder a preguntas tan elementales como: ¿Por qué el cambio de postura? Mientras los últimos años Argentina exigía en los foros internacionales la extradición de funcionarios iraníes con pedido de captura, con el acuerdo se acepta una propuesta ofrecida por Irán en 2007 y que entonces fue desechada por nuestro país por improcedente y por desviar el curso de la justicia.

¿Por qué no hay indagatorias? El acuerdo reza taxativamente que habrá interrogatorio, pero nada dice de indagatoria. Es decir que no tendrá valor a los efectos de hacer justicia en nuestro país. Más aún, la propia Audiencia no tiene seguridades de llevarse a cabo si la Comisión de la Verdad entiende que no hay mérito para seguir la causa.

¿A qué se debe que siendo una causa judicial por un crimen perpetrado en Argentina, causa que Irán ha obstaculizado durante años negando la extradición de los funcionarios presuntamente implicados, en los interrogatorios participen funcionarios iraníes? ¿Será para custodiar el cumplimiento de la ley iraní?

¿Qué intervención tuvo la justicia argentina, puntualmente el juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Alberto Nisman en el proceso de elaboración del acuerdo? Según el canciller no han participado. ¿Con quién ha firmado un acuerdo Timerman? El régimen iraní es uno de los gobiernos más desacreditados de la tierra. Es reconocido por su poca confiabilidad en el mundo y su crueldad fronteras adentro: persigue con saña a homosexuales, restringe los derechos de la mujer, niega el holocausto y amenaza periódicamente con borrar del mapa a Israel.

Quienes señalan que Estados Unidos también está abriendo un proceso de negociación con la República Islámica de Irán olvidan una cuestión fundamental: en un caso el tema se rige por el derecho interno, el de AMIA es un crimen imprescriptible, de lesa humanidad; mientras que el otro está enmarcado por el derecho internacional.

Es evidente por qué Irán quiere acordar con Argentina: este año tiene elecciones, algunos de los sospechosos por el atentado son candidatos y querrán limpiarlos de culpa y cargo. A su vez, un país con mala reputación, precisa mostrar gestos de apertura, transparencia y sensatez.

De todos modos, el cristinismo avanza a caballo de este conjunto de ideas y acciones en un año electoral sin perder de vista la, por muchos acariciada, posibilidad de la reelección indefinida. Varias espadas del oficialismo siguen atizando ese carbón y el inefable Ernesto Laclau volvió a defender la posibilidad de reforma de la Constitución Nacional que permita la reelección indefinida de la mandataria, abonando el particular concepto de democracia al que nos hemos referido: “La Constitución argentina que se estableció en el 94 es una Constitución que en realidad está dominada por los modelos neoliberales que predominaban en ese momento. Hoy tenemos que avanzar en una dirección diferente. Creo que tiene que haber la posibilidad de una reelección indefinida”; es “antidemocrático que si la gente quiere seguir votando por un candidato eso sea imposible por una valla legal”. Esta es la concepción kirchnerista de la ley, de las normas: “vallas” en el camino de un líder iluminado y ungido por su pueblo.


El juego electoral

Daniel Scioli y Sergio Massa, dos estrellas que brillan en el firmamento bonaerense – aquel que concentra el cuarenta por ciento del electorado nacional – se muestran juntos y no hablan más que de gestión de sus territorios. No los une el amor sino la desconfianza mutua y la necesidad de mostrar que son dialoguistas y afables, el reverso de la moneda kirchnerista. Su actitud de “pago chico” incluye no decir una palabra del acuerdo con Irán. Mientras el intendente coquetea con la Casa Rosada y su edad le permite darse el lujo del tiempo, Scioli sabe que el 2015 es su momento. Además, el moto nauta tiene en sus manos la gestión de una provincia con importantes dificultades económicas. Ya hizo pública su incapacidad para dar un aumento a los docentes – ofreció un veinte por ciento que tampoco estaría en condiciones de honrar – abriendo las puertas al “no inicio” de las clases en su territorio, punta del iceberg de las paritarias estatales.

El armado político de Scioli está calculando el momento de dar el salto, pero por ahora las cadenas del financiamiento los mantienen quietos. Ya adelantó que para las elecciones de este año necesita las listas de legisladores provinciales para garantizarse la gobernabilidad, en tanto que la de diputados nacionales será confeccionada desde Olivos.

Mientras que a Scioli y Massa la reelección posible de la presidente les resulta un escollo, a Mauricio Macri le resultaría indispensable. Para las elecciones de medio término sueña con ganarle a Alicia Kirchner – si fuera finalmente la candidata del FPV – y en el 2015 enfrentar a una Cristina habilitada, pero debilitada. Si no fuera ella, su candidatura se diluiría en el mar del peronismo.

A todo esto, el oficialismo mantiene la iniciativa y los resortes de la arquitectura electoral: podría ponerle a Sergio Massa el disfraz de delfín K, darle a Scioli el aire necesario para llegar a fin de año con la provincia más o menos en paz y obtener el porcentaje de votos mágico, ese 40 por ciento que mantenga con vida la llama de la reforma constitucional. Es probable que esa estrategia hubiera sido la de Néstor Kirchner, pero el entorno pretoriano creado por su viuda exige pureza ideológica, por lo que la alternativa de llenar las listas con cristinistas a costa del 40 por ciento, es una posibilidad cierta.


El cepo fiscal

De cepos y mazmorras la monarquía ha hecho gala siempre. Esa misma retórica que la presidente aplica a la Reserva Federal podría corresponderle a la perfección: “ellos tienen la máquina de los dólares”, chicanea para justificar el control de cambios. “Si el gobierno nos presta la maquinita…” declaró el senador Alberto de Fazio, creador de la Juan Domingo, y proponiéndolo como solución a los problemas de financiamiento de su gobernador. Es que la presión hacia las provincias es doble: dependen de la ayuda de la nación que a la vez les impide endeudarse en el exterior.

A diferencia del Estado nacional, el grueso de los presupuestos provinciales se va en sueldos y cualquier ajuste en las paritarias compromete gran parte de sus ingresos, como sucede ahora en la tensa negociación con los docentes.

Tal como está planteada la coparticipación, el distrito más independiente es la Ciudad de Buenos Aires que vive en un 88 por ciento de sus recursos propios – eso le permite hacer una oferta a los docentes que supera a la pauta nacional. En el otro extremo de los distritos grandes están Córdoba, y Santa Fe que dependen casi en un 60 por ciento de la coparticipación, en tanto que provincias como Formosa subsisten gracias a que el 92 por ciento de sus ingresos se deben a la coparticipación.

En un panorama en que la relación deuda pública/PIB se redujo tanto en las provincias como en la nación, al punto de ser la Argentina el segundo país con menos deuda de América latina. En una coyuntura en que los créditos externos resultan “baratos”, no se entiende, más que por el componente ideológico de la visión del gobierno, que se les vede a las provincias la posibilidad de recurrir al crédito internacional para financiar obras de infraestructura.

Publicado en Escenarios Alternativos

Categorías
General Opinión Política

El ”Caldo” Kirchnerista

El año cierra con varios frentes abiertos por el gobierno, empecinado en profundizar sus errores e ignorar los peligros. Los saqueos y la sombra de la crisis institucional. Los realineamientos del PJ ante la debilidad de Cristina Fernández de Kirchner.

Al igual que la cocción de las ranas, a las que se las sumerge vivas en un caldero con agua que se lleva en forma progresiva hasta el hervor, la sociedad argentina está siendo sometida a un lento calentamiento que no permite – como a la rana – reaccionar en forma inmediata. Del mismo modo que en los setenta la ola de violencia política fue creciendo hasta naturalizar la muerte diaria en las calles, este gobierno peronista – curiosamente reivindicatorio de aquél – esta naturalizando el abuso de poder, la inanición de la República, el desprecio por la Justicia y el bastardeo de la democracia, junto con la aquiescencia de la violencia social y las falsedades económicas. Este “caldo” kirchnerista nos ha venido cociendo desde el año 2003, con el leño de arcas públicas generosas y una situación inicial que actuó de “colchón” a la política desplegada por el matrimonio santacruceño.

Está más o menos admitido que son tres las condiciones necesarias para la ocurrencia de una crisis: desequilibrios económicos; debilidad del gobierno y un detonante. La primera condición se cumple en las actuales circunstancias en que los superávit gemelos han desaparecido y el gasto sigue creciendo – en un año electoral esa tendencia tenderá a acentuarse – con un panorama provincial y municipal que mostró durante este año graves problemas fiscales. Esto, en el marco de un proceso inflacionario que no ha sido atacado, ni la pérdida de competitividad abordada, no augura más que la profundización de los desequilibrios a los que se sumará la puja distributiva, complicada por la existencia de cuatro centrales sindicales y por una creciente conflictividad que lleva a sus dirigentes a pedir acuerdos salariales por semestre, acorde a una dinámica inflacionaria. Para comenzar el año, el transporte de ómnibus aumentó un 46 por ciento, los peajes un 60 y los combustibles un 7 por ciento.

La debilidad del gobierno es, también, ostensible, a pesar de que intenta sostener la iniciativa política, pero con acciones cada vez más costosas y erráticas. La expropiación de YPF marcó la huida hacia adelante del desastroso plan energético del gobierno. Su empecinada lucha contra el Grupo Clarín, lo ha llevado a enfrentarse con el Poder Judicial y con la misma Corte Suprema, la que no tuvo más remedio que decidir contra la voluntad presidencial en cuanto al per saltum que el oficialismo apuró en el Poder Legislativo para cerrar todos los caminos que impidan la plena aplicación de la Ley de Medios. La presidente arremetió nuevamente ante el revés, endilgando a los jueces la inseguridad y los males que emanan de una corporación conservadora que está asociada a la que detenta los “fierros mediáticos” golpistas. Tampoco ahorró metralla contra la Justicia de su socio político José Alperovich, montándose sobre el repudio que generó el fallo de la justicia tucumana sobre el caso Marita Verón y agitando el fantasma de la Justicia Popular.

Su relación con las fuerzas de seguridad es ambigua e inestable. Luego de decir que no enviaría la Gendarmería Nacional a contener desbordes sociales, cambió de opinión y dispone de ella en cuanto problema surge, encabezados por Sergio “Conintes” Berni. La Ministra Nilda Garré, por su parte, fue abucheada por familiares de los egresados de la última promoción de la escuela de cadetes de la Policía.

Tanto la Gendarmería como la Prefectura se insubordinaron a la Ministra en un hecho inédito en democracia, movilizados por razones gremiales. Y la expropiación del predio de La Rural se dio en medio de la ola de saqueos que sacudió al país en vísperas de Navidad, más como cortina de humo que como acción premeditada. Todas estas acciones a las que habría que cerrar con el fugaz paso anual de la presidente por la Sala de periodistas de la Casa Rosada – apenas 2 minutos y sin brindis como en otros años – marcan el deterioro de una forma de hacer política, pese a la cual, el kirchnerismo sigue alimentando la hoguera del caldero.

Según el estudio de una consultora que el Gobierno contrata con frecuencia la evaluación negativa del desempeño presidencial pasó del 15 por ciento, registrado a mediados del 2011, al 35 por ciento, en diciembre del 2012. En tanto que el desacuerdo con la gestión creció del 50,8 por ciento al 65,7 por ciento en los últimos seis meses, en tanto que el acuerdo cayó del 49,2 por ciento al 34,3 por ciento. El mismo estudio revela que, a un año de la gestión de su segundo mandato, cuenta con el 45,1 por ciento de desaprobación y un 25,4 por ciento de aprobación. Un 64,7 por ciento de los consultados afirman que la presidente ha perdido el apoyo que recibió en diciembre del 2011. Es decir, que la figura presidencial está sintiendo los rigores del desgaste político a pasos acelerados.

Siguiendo con el planteo de la factibilidad de la crisis, los saqueos, podrían haber sido esa chispa que enciende el fuego, el detonante, como en el año 2001. Por fortuna eso no ocurrió, porque el “pasto no estaba lo suficientemente seco”, reseco como en ese entonces.

Pero los saqueos dejaron en evidencia varias fallas del “modelo”. En dos días, en cuarenta ciudades y en casi 300 oportunidades según los datos que informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), afín al kirchnerismo, se vieron grupos de personas asolando negocios para robar lo que fuere. Por más que esos actos estuvieran organizados según causas locales diversas – las razones de Bariloche no son iguales a las de Rosario, ambas gobernadas por partidos diferentes – todos encontraron un sustrato social dispuesto a participar y sacar el mayor provecho del pillaje. Un conjunto de conciudadanos que sufren la pobreza, la regresión del ingreso, la tendencia a la baja de los salarios de los sectores populares y que habitan las periferias de las ciudades en condiciones de marginalidad social y con riesgo criminal.

Las fallas están asociadas a la falta de educación de calidad y al estancamiento del empleo privado, que a su vez generan el fenómeno de los jóvenes Nini (ni estudian, ni trabajan) que suman 900.000, según la Cepal, y son mano de obra disponible para saqueos y otras actividades delictivas, entre las que el tráfico de drogas ha crecido de forma exponencial. Por lo tanto, esto se entronca con la seguridad ciudadana y los hechos de robos seguidos de muerte, una de las principales preocupaciones en la escala de prioridades de todas las consultas y encuestas. Sin embargo, el gobierno no ha desplegado políticas serias en esos tópicos.

Ante los saqueos, la presidente mantuvo nueve días de silencio – como en casi toda conmoción social que ha sacudido su mandato y el de su marido – para luego arremeter con su consabido: “Les pido a los que no estén de acuerdo que formen un partido”. Así aconsejó a sindicalistas y a intendentes luego de responsabilizarlos por los saqueos, que habrían tenido el objetivo de desestabilizar a su gobierno. Antes, Berni y del Jefe de Gabinete Juan M. Abal Medina le habían puesto nombre y apellido a los desestabilizadores: Hugo Moyano y Pablo Michelli.

Es de esperar que el 9 de enero, un día antes de que Hugo Chávez debiera asumir la presidencia de Venezuela, la Fragata Libertad haga su entrada triunfal en el Puerto de Mar del Plata. ¿Se animará la presidente a ser el centro de un recibimiento popular?

Con el 2015 en la mira

Ante el olfateo de la debilidad presidencial, el PJ está procesando sus alternativas: Daniel Scioli surge como la figura estelar, esgrimiendo un discurso respetuosamente propio y protagonista del último reportaje del año del oficialista Página 12. Prolijo doctor de todos los heridos del peronismo por el rayo cristinista; cultor de la afabilidad, la escucha y el diálogo, el ex motonauta – augurado presidente por su mentor, Carlos Menem – sigue su camino hacia la meta Rosada.

En el amplio brindis de fin de año con la prensa, con la que el gobernador tiene trato diario, Scioli evitó tomar posición respecto de la estatización del predio de La Rural y volvió a alinearse al marcar a la Presidente Cristina Kirchner como la máxima conductora. Pero las diferencias, brotan por todas partes, tanto en los gestos como en las declaraciones. En esta oportunidad dijo: “Por el respeto que me merece la prensa y el trabajo que ustedes hacen, quería de esta manera recibirlos y decirles que para nosotros también son una guía de trabajo cuando se hacen eco de nuevas demandas ciudadanas o plantean quejas o problemas”.

El Vicegobernador Gabriel Mariotto – algo calmado luego de chocar varias veces con Scioli – despidió el año el año en la Cámara Senadores de la Legislatura provincial, faltando al ágape del gobernador.

Sergio Massa y el perseverante José Manuel de la Sota también están anotados en la carrera por la sucesión, el cordobés reemplaza sus pocas chances con un discurso más confrontativo, en tanto el intendente de Tigre suma adherentes dispuestos a colgarse de su excelente imagen pública.

Los tres candidatos tienen en claro que el “modelo” está agotado, que ahuyenta las inversiones, confronta demasiado, insiste con el aislamiento internacional, etc., o que necesita un cambio que el cristinismo no está dispuesto o en condiciones de dar. Junto con ese agotamiento, la imagen de la presidente se va difuminando y sólo alcanza algún destello de claridad cuando la furia la enciende.

Algunos especulan con la posibilidad de que una sucesión de reveses ponga a la presidente ante la opción que dicen estuvo a punto de tomar cuando la derrota de “la 125”. En aquel entonces Néstor estaba para contenerla, hoy la soledad es cada vez más grande.

Publicado en Escenarios Alternativos

Categorías
General Opinión

Carlos Fuentes y el año 1968

carlos_fuentes_002 El fallecimiento de Carlos Fuentes tuvo, como no podía ser de otra manera, una extraordinaria repercusión periodística no solo en su México sino a escala mundial. En nuestro país, todos los medios dedicaron amplio espacio a la noticia desde muchas perspectivas, incluidas las que pintaban aspectos poco conocidos de su vida y los anticipos de dos textos, aún inéditos pero prontos a ser publicados,  sobre diálogos ficticios con Nietzsche y otro que recoge las memorias del escritor de sus encuentros con escritores, artistas y dirigentes políticos.

A mi me gustaría hoy recordar al Fuentes testigo de su tiempo a través de un libro breve, titulado Los 68, en el que se reúnen tres ensayos donde analiza los hechos de París, Praga y México de ese año editado, en el año 2005,  por la Editorial Debate.

Allí, Carlos Fuentes recuerda que el reclamo de la juventud en el Mayo Francés en la Ciudad de París “representó la insatisfacción con el orden conservador, capitalista y consumidor que había olvidado la promesa humanista de la lucha contra el fascismo”.

En el referido a  la Primavera de Praga,  consecuencia de un viaje a esa ciudad que Carlos Fuentes realiza con Gabriel García Márquez y Julio Cortázar donde Milan Kundera es el anfitrión, afirma que los jóvenes “encarnaron la crítica al orden impuesto por el Kremlin”.

En relación a los hechos de Tlatelolco en la Plaza  de las Tres Culturas en Distrito Federal de México, Carlos Fuentes los caracteriza como provenientes de una matriz más nacional que internacional y que “representan una ruptura flagrante entre la legitimidad revolucionaria reclamada como fundamento por todos los gobiernos y la evidencia contrarrevolucionaria de las prácticas represivas, antidemocráticas y antipopulares cada vez más acentuadas de los gobiernos emanados de la revolución”.

En su ensayo, Fuentes se pregunta si es válido hablar de las derrotas de esos movimientos y se responde, acertadamente,que los cambios posteriores -la renovación del socialismo en Francia, la implosión de la Unión Soviética y la alternancia en México después de siete décadas-  son, también, consecuencia de los episodios de aquel año sesenta y ocho.

Categorías
Opinión Política

De Vido, como Firmenich y Galtieri, contabiliza muertos

de vido Es sabido que Eric Hobsbawm caracterizó al Siglo XX como el más violento de la historia de la humanidad . Por otro lado, en nuestro país hay quienes sostienen que la idealización de la muerte impregna nuestra historia política, entre otras muchas y valederas razones, por el mandato de nuestros orígenes como Nación desde que  el Himno Nacional nos convoca a “con gloria morir”.

Esos razonamientos pueden permitir encuadrar algunas desgraciadas afirmaciones que jalonan nuestro pasado reciente como cuando Mario Firmenich  reconoció en un reportaje realizado en un avión por Gabriel García Márquez que no hicieron nada para impedir el golpe de Marzo de 1976 y “ que hicimos nuestros cálculos de guerra y nos preparamos a soportar, en el primer año, un número de pérdidas no inferior a mil quinientas bajas”.

O aquella otra del dictador  Galtieri que, en medio de la Guerra de Malvinas al enterarse del hundimiento del Crucero General Belgrano, sentenció “ Que nadie se confunda. Tengo 400 argentinos muertos y si es necesario, para salvaguardar el orgullo razonable, el orgullo histórico de la Patria, la Argentina esta dispuesta a 4.000 o 40.000 muertos mas, a 5 o 6 meses, o a 5 o 6 años de lucha. La Argentina de América latina no va arriar la bandera ni levantar la bandera blanca.”

Esas afirmaciones pueden caracterizarse como resultado de la “soberbia armada” nihilista y suicida o del manotazo de ahogado de una dictadura borracha de poder pero lo que no puede definirse como otra cosa que cinismo es la declaración del censor Julio de Vido que al referirse a la tragedia de Once habló de “los muertos que no se producen y nunca se contabilizan

Categorías
Opinión Política

Hacerse Cargo

toto de macri y cristina La tragedia de Once revela la pobreza de las políticas públicas del peronismo. Negación de la responsabilidad y victimización: la estrategia de la soberbia. Pérdida de rumbo ante la crisis energética, el ajuste y la impugnación social. La tirria de la presidente con los docentes. Guillermo Moreno consolida su mando en la economía.

¿Alguien puede imaginar al destituido Jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra diciendo que la tragedia de Cromagnon era responsabilidad de “jóvenes descontrolados que hacían pogo con bengalas”? No, de ninguna manera. Tal vez porque no ostentaba el 54% de los votos que parecen eximir al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de cualquier responsabilidad ante la flagrante ausencia de políticas públicas sobre energía, transporte, educación y seguridad. O, tal vez, porque el ahora legislador de la Ciudad de Buenos Aires lidiaba con un electorado algo más sofisticado que el que sostiene al kirchnerismo en el poder desde hace ocho años.

Una consecuencia de esa falta de políticas es la muerte absurda de 51 personas al estrellarse un tren abarrotado de personas contra el para choque de la terminal de la estación terminal de Once. La sandeces que dijo el –rápidamente ex – Secretario de Transporte Pablo Schiavi en la conferencia de prensa, le fueron dictadas o inducidas como continuación de una estrategia del “relato” oficial que reta a los ciudadanos por comportarse mal o en forma inconveniente. Una semana antes del suceso, el segundo spot publicitario de la tarjeta SUBE trató a los argentinos de “dejar todo para último momento”, como si el plazo perentorio y la forma lamentable de gestionar la tarjeta –promocionada como un antídoto contra el tarifazo en ciernes – hubiera sido una decisión planificada y no una medida extemporánea de este gobierno desconcertado. La ministro de seguridad Nilda Garré excusó la impericia de las fuerzas de seguridad, que “olvidó” en un vagón del fatídico tren 3772, el cuerpo sin vida de un joven, porque el mismo “viajaba en un lugar indebido”.

Por su parte, los posteriores comportamientos conocidos del kirchnersimo, los mismos que ocurrieron cuando Cromagnon y el accidente de la mina de Río Turbio, buscan despegar de responsabilidad a quienes tienen la obligación de controlar –si la empresa es concesionada- o de gestionar correctamente, si la empresa es estatal. La consigna es no pagar un céntimo de costo político y el mejor obrar es el silencio.

El rol de víctima es otro que parece haber elegido reforzar la presidente, aún aferrada al luto riguroso, presentándose el Estado nacional como querellante en la causa del tren de Once. Luego, al igual que con otros temas, el “relato” oficial verá en la quita de la concesión, la nacionalización y otros, la solución al problema. Como con Aerolíneas Argentinas, que pierde 2 millones de dólares por día, pero no se nota porque ningún avión se ha estrellado aún. El fondo del problema es la falta de políticas públicas serias, consistentes y duraderas para satisfacer las necesidades de los ciudadanos de este país.

En el sentido de este momento disparatado de la política oficial, la frutilla del postre es el viaje del Super Secretario Guillermo “IAPI” Moreno hacia Angola, en un chárter variopinto de 360 personas en el que viaja el administrador de la feria “La Salada”, Jorge Castillo, para “transferir el know-how” de un negocio basado en el trabajo negro y la evasión fiscal. Esperemos que Moreno no traiga a cambio el know-how del presidente José Eduardo Dos Santos que desde 1979 ocupa el máximo cargo y no tiene miras de dejarlo.

Es claro que Moreno viaja a Angola, segundo productor petrolero de África, con la intención de paliar el déficit energético argentino, aumentando los 200 millones de dólares de intercambio actual, para acercarse a los 1200 millones de Brasil. Veremos cómo le responde el “compañero” Dos Santos, en un “viaje histórico” – en palabras de un siempre exultante Moreno.

En la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso el discurso la presidente, bolivariano en extensión, con profusión de datos – no todos veraces – e inflexiones emotivas, señala la reafirmación de su personalidad política, a la que busca diferenciar de su extinto marido en muchos aspectos. De esos rasgos hay algo que sobresale: Néstor Kirchner lanzaba golpes, pero sabía retroceder, la presidente no parece tener freno una vez que toma envión sobre un asunto, tal como cuando durante el revés en el conflicto por “la 125”, en el que se dice, que Cristina Fernández amagó con renunciar y Néstor la detuvo.

Medidas a medias

La “sintonía fina” está estancada. Del apuro por generalizar la tarjeta SUBE se pasó a la prórroga indefinida del nuevo cuadro tarifario en el que el colectivo cuesta la mitad que el subterráneo, en la Ciudad de Buenos Aires. De la amenaza de nacionalización de YPF a la balcanización de ese conflicto, ahora delegado en manos de los gobernadores petroleros. Y la orden de no comprar productos ingleses ha recibido una dura réplica, ya no de Gran Bretaña, sino de la Unión Europea, un grueso revés de la política exterior del país.

El tema que parece más acuciante para el peronismo gobernante es el energético. La presidente dijo durante la apertura de sesiones ordinarias que “si no fuera por el aumento de importaciones de combustibles, la balanza superavitaria hubiera llegado a 15 mil millones de dólares”, remedando la frase popular aquella de “si me abuela tuviera ruedas…” y soslayando que el esfuerzo denodado por mantener los precios internos aislados de los externos es una tarea cada vez más difícil, bajo las actuales condiciones de déficit creciente.

La presidente reiteró sus reclamos por la escasa producción de crudo de YPF, sin tener en cuenta que los precios internos no son atractivos para tales inversiones, y con alguna información inexacta. Lo mismo ocurre con el gas. Producido en la Argentina recibe una remuneración 2,7 dólares promedio el millón de BTU; 10,78 dólares se paga el que se trae de Bolivia; y un promedio de 15 dólares el millón de BTU a los barcos cargados de gas licuado que se traen de Trinidad y Tobago.

La nueva edición nacional de “la guerra del petróleo” tiene así dos demonios: YPF y, en menor medida BP. El clima hostil sobre el primero motivó un llamado directo del Rey Juan Carlos a la Casa Rosada y la blitz visita del Ministro de Industria español, José Manuel Soria al Poder Ejecutivo. En tanto que la segunda sufrió la exclusión de la convocatoria de ENARSA para importar gas este año, en línea con el boicot a productos británicos, empresa que ya tiene adjudicados cinco barcos para este año. Dicha licitación pretende comprar a 13 dólares el millón de BTU.

El Ministro Julio De Vido tiene pensado reunir a los gobernadores de las nueve provincias que integran Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), para delinear los pasos a seguir en este minué inflamable.

 

Macri descubre los subterráneos

No puede negarse que Mauricio Macri aprende. Primero descubrió que la política no es como una empresa. Ahora descubrió que ese hormigueo que hay bajo la Avenida de Mayo lo produce un tren que hace casi cien años va del puerto hacia el oeste.

Su primera campaña política prometía la construcción de kilómetros de subterráneos. Inauguró la ya iniciada línea “H” y otro par de estaciones. Nada más. Casi tan pobre como los casi 700 kilómetros de vías que la presidente dice que se tendieron merced a la política ferroviaria del kirchnerismo; una migaja si se considera que alguna vez el tendido total era de más de 47.000 kilómetros.

El juego del gobierno nacional de traspasarle el subte se ha convertido en un verdadero culebrón vergonzoso del que los usuarios son rehenes. Las constantes chicanas del kirchnerismo, luego de firmar el acta compromiso de traspaso, motivaron a que el Jefe de Gobierno se plantara para rechazar ese “fierro caliente”, aunque ya se encargó de aplicar un ajuste del que nadie va a dar marcha atrás.

El papel de Macri en sucesivas conferencias de prensa, desnudaron su poca cintura política y una rara ineptitud mediática, aspecto que siempre es cuidado.

En toda esta escaramuza se delinea la intencionalidad del kirchnerismo de instalar a Mauricio Macri como el referente de oposición para el 2015. Así, los primeros aparecerían como una alternativa de izquierda, mientras que el segundo lo haría por derecha. Si bien estos clivajes tienen poco asidero en la realidad, por lo menos, si tenemos en cuenta el discurso de la presidente en el que fustigó a los docentes con las mismas palabras y argumentos que utilizara Macri en su lidia con los sindicatos de maestros de la ciudad.

Esa alocución, la definición por decreto de la paritaria docente nacional y los paros desproporcionados en la provincia de Buenos Aires liderados por SUTEBA, son un capítulo más de la larga batalla personal que la presidente arrastra con ese gremio desde la provincia de Santa Cruz. Como en otros asuntos, la política de educación sigue relegada, porque más allá de la remuneración de los maestros, colocarse al frente de un aula de un establecimiento secundario del primer cordón bonaerense es una experiencia límite.