El revuelo doméstico de la presidente con sus conferencias en los EE.UU. El PJ desconfía cada vez más del Frente para la Victoria y sus peligrosas internas. El nuevo presupuesto y algunas de sus particularidades.
No es casual que Víctor Hugo Morales sea uno de los más entusiastas a la hora de defender al gobierno. Al fin y al cabo su especialidad es la de relator. Maravilla escuchar en sus programas o en los medios oficiales la forma en que defienden y presentan a un gobierno sin fisuras y asediado permanentemente por un enemigo ominoso y destituyente. No le van en zaga algunos medios opositores. Esto se vio en las coberturas diferentes que se hicieron del viaje de una semana de la presidente Cristina Fernández de Kirchner a las tierras del presidente Barack Obama. Una semana que sólo produjo una novedad importante – el anuncio de la reunión de cancilleres argentino e iraní – y mucha hojarasca de cabotaje, cual fueran las incidencias de las conferencias en las universidades de Harvard y Georgetown. En el primer caso queda flotando la duda sobre los motivos y las posibilidades concretas de que el gobierno iraní vaya a entregar a los funcionarios responsables de los atentados de la embajada de Israel en la Argentina y la AMIA, cuyos pedidos de captura internacional han sido cursados por Interpol y desoídos por el régimen de Teheran, el mismo que considera que el holocausto no tuvo lugar en la Alemania nazi. Sergio Burstein, uno de los familiares de victimas del atentado a la mutual de la calle Pasteur, y allegado al kirchnerismo, expresó su total escepticismo ante este paso de la diplomacia argentina. En cualquier caso, el acercamiento a las posiciones de Venezuela e Irán no parece ser la mejor manera de insertar a la Argentina en el concierto de las naciones democráticas. Las conferencias de la presidente y los cuestionarios que debió afrontar, dejaron en claro que sigue propagando un relato con muchas falacias, algunas verdades y poca eficacia para convencer; tanto como la ira que le produce la contrariedad. Como balance podría decirse que reforzó la fe de sus seguidores y el rechazo de sus detractores. Solo cabría señalarle al que se le ocurrió la idea de la gira universitaria, que la sometió a una exposición innecesaria. Aunque preparó el terreno para justificar el diálogo roto con el periodismo, porque todo aquel que cuestiona es un “agente de los monopolios”, al que no vale la pena darle la palabra. Por el contrario, del mismo modo que después del cacerolazo del 13-S, el gobierno dispuso el envío de 400 gendarmes a custodiar los ferrocarriles – luego de que la presidente dijera que no iba a enviar a esa fuerza a realizar ninguna tarea de prevención – o el recule del juez Norberto Oyarbide en causas que involucran a funcionarios del gobierno; no sería descabellado que la presidente se presente en la Universidad de La Matanza a contestar preguntas de un público amigo. En realidad, la presidente debería haberse informado de cómo realizaron sus intervenciones en esa universidad los presidentes de otros países como Dilma Rousseff y Sebastián Piñeira. Las caras del PJ Muchas veces el FPV aparece como una corriente del PJ y otras parece contener al partido de Perón. Tras ese juego de mascaras se esconde la lógica del liderazgo justicialista en la que el líder domina mientras asegure el acceso o sostenimiento del poder. Desde octubre de 2011 y hasta el presente, el FPV ha ejercido un fuerte control sobre todos los resortes de poder, dejando al PJ en segundo plano. Sin embargo, en este tiempo el cristinismo tomó rumbos y acciones que podrían complicar el futuro de muchos dirigentes del PJ, minando la relación de estos con sectores de la sociedad y ahogando a los intendentes y gobernadores que no se disciplinan a las directivas del unicato. Así, los conflictos con Daniel Peralta, jaqueado por los camporistas en la legislatura de Santa Cruz y por el recorte de fondos desde la Casa Rosada; o el acicate sobre José de la Sota, presionado por un sistema provisional provincial colapsado; o la tensa calma que reina en la provincia de Buenos Aires comandada por Daniel Scioli; son algunos ejemplos de un conflicto que también se extiende al interior del FPV. En ese rubro se destacan las internas entre Guillermo “IAPI” Moreno y Axel Kicillof; de Sergio “Conintes” Berni y la Ministro Garré y el desplazamiento de Julio De Vido del centro del poder, tal como se refleja en el presupuesto 2013, en el que las opciones de endeudamiento público que manejaba, pasarán al control de Kicillof (esto último es otro síntoma de la voracidad y la imposición del cristinismo por sobre el PJ). En este contexto, dominado por el ya comentado – en ediciones anteriores – problema de la sucesión en los regímenes populistas, el futuro del FPV tiene atada su suerte a la posibilidad de la reforma constitucional y la habilitación para que la presidente pueda presentarse como candidata a la re reelección en el 2015. En esa probabilidad, los ojos se posan sobre Daniel Scioli y los diputados bonaerenses que serán clave para arrimar el quórum necesario para lo que es el desafío más grande del cristinismo. Para Carlos Fara & Asoc., que realizó una encuesta el 12 de septiembre con una muestra de 442 casos en CABA y GBA, la gestión de la presidente tiene un 50 por ciento de aprobación contra un 48 en contra. En cuanto a los problemas más urgentes (inseguridad, inflación, educación y desempleo), los encuestados consideran que esos son los puntos más bajos de la gestión nacional. Mauricio Macri y Daniel Scioli acompañan a la baja de la aporbación nacional. En cuanto a la imagen de los dirigentes de la provincia Sergio Massa está en primer lugar, seguido por Hermes Binner y Roberto Lavagna. Recién en el quinto puesto aparece Macri junto con Scioli, un poco por debajo de Gabriel Michetti que ya anunció que no irá como candidata en la provincia. Un dato saliente de la encuesta es que la adhesión al PJ/FPV se ha reducido a la mitad desde agosto del año pasado, en tanto crecen las opciones opositoras. Esto, combinado con el amplio rechazo a la re reelección de la presidente parece hacer cada vez más difícil un escenario que haga de las elecciones del año que viene un trampolín para modificar la Constitución. El espíritu reeleccionista ya se vio menguado desde el 13-S y la protesta social mantendrá a raya cualquier intento, como ya ocurrió en Mendoza: prácticamente el mismo día del cacerolazo el gobernador Francisco Pérez archivó sus intenciones y sus avanzadas conversaciones para habilitar esa posibilidad para él. Mendoza y Santa Fe son las únicas dos provincias que no tienen reelección. La ley de leyes 2013 El presupuesto nacional 2013 presenta las habituales subestimaciones para asegurarse una buena suma de asignación discrecional por parte del Poder Ejecutivo, asunto clave en un año con elecciones de medio término. En esta oportunidad presenta un especial énfasis en la cuestión energética, la razón principal del fin de los superávit gemelos. Nuevamente, las exenciones de impuestos, permisos para que empresas u organismos se endeuden para importar hidrocarburos, cupos de combustibles, compromisos de pagos y partidas millonarias para financiar la crisis energética, son los datos salientes en este rubro, que insistirán en el error principal del facilismo oficial teniendo en cuenta que nacionalizar YPF no es la solución al problema de fondo. El renglón dedicado a la inversión en transporte –un tema álgido- no prevé un incremento que alcance a revertir la mala situación de ese sector, al borde del colapso en el área metropolitana, sobre todo del ferrocarril. Aparentemente el cristinismo utilizará su mayoría en Diputados para aprobar el presupuesto el 10 de octubre, un tiempo record que no dará muchas oportunidades de revisión y consulta por parte de la oposición. Hecha la presentación por parte del ministro de Economía, Hernán Lorenzino, el secretario de Política Económica Axel Kicillof; el de Hacienda, Juan Carlos Pezoa; y el de Finanzas, Adrián Cosentino, esa será toda la exposición que hará el oficialismo. En ella, Kicillof, habló durante tres horas, “construyendo relato” más que aclarando razones de un presupuesto que este año será “express”. Publicado en Escenarios Alternativos |
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Autor: Jesús Rodríguez
Pingüinos a la Cacerola
La protesta masiva desatada el jueves 13 de septiembre interpela a varios sectores y expresa el cansancio social ante la soberbia y la falta de respuestas del gobierno. Las reacciones y los futuros posibles. La inflación obliga a actualizar la AUH.
Justo cuando la presidente Cristina Fernández de Kirchner advirtió que había que temerle como a dios, se desató una protesta masiva en las plazas del casi todo el país. De ese modo se quebró, como se quebró la convertibilidad en el 2001, un ingrediente fundamental de la alquimia de poder kirchnerista: el miedo. La marcha masiva, pacífica, aparentemente espontánea y no organizada por ningún partido político o grupo de interés – como cuando “la 125”- expresó el hartazgo de una buena parte de la sociedad ante un unicato que es sordo a los reclamos y que en vez de tratar los problemas centrales de los ciudadanos, fija agenda con el voto adolescente o estatiza empresas para cubrir sus actos de corrupción.
Las consignas en contra de la modificación de la Constitución para permitir la re reelección de la presidente; por mayor seguridad y mejor justicia; contra la corrupción; la inflación y el relato mítico del fundamentalismo K, fueron las más salientes de un público que seguramente contaba entre sus filas a votantes de un oficialismo que en su campaña no incluyó las restricciones para comprar divisas y viajar al exterior, la apropiación de YPF e Impresora Sudamericana o la transferencia de los fondos judiciales del banco Ciudad al Banco Nación (para hacer otra caja y mojarle la oreja a Mauricio Macri).
Pero no sólo el gobierno es el destinatario de la protesta. Si bien se lleva la mayor parte, el malestar se expresó en contra del Poder Legislativo, en tanto los representantes no parecen procesar las demandas de sus representados; y muy especialmente al Poder Judicial cuyos magistrados han recibido el mensaje de que sus fallos – y la celeridad de los mismos – serán vigilados de cerca por una multitud que espera justicia en el sentido más amplio del término. En resumen, la protesta social del jueves 13 fue un reclamo por una democracia de calidad en la Argentina. Eso incluye a todos los partidos políticos.
La cobertura de los medios es un ejemplo de la fractura social que impulsa el kirchnersimo. Los medios, oficiales y paraestatales, ignoraron y denostaron la marcha, mientras que los independientes cubrieron todo el evento.
Las reacciones y el después
Todo movimiento social contiene una diversidad y se aglutina en torno a un determinado problema común. En el caso del S-13, la heterogeneidad incluye a sectores que profesan un rencor acendrado al kirchnerismo y que no trepidarían en apelar a cualquier mecanismo con tal de ver a la presidente fuera de la Casa Rosada. Esas minorías son las que dan pábulo al fundamentalismo kirchnerista para ver conspiraciones destituyentes o para descalificar el movimiento con discriminaciones clasistas. Ese fue el camino elegido por el jefe de Gabinete Juan M. Abal Medina y otros funcionarios mandados por la presidente a restarle importancia a la marcha, primero por su insignificancia numérica y luego por su composición social. Sin embargo, algunos kirchneristas como José Luis Gioja y Daniel Scioli piden mesura, lo que no es lo mismo que pedirle a su líder que escuche los reclamos.
Los movimientos sociales se sostienen en el tiempo mientras no se resuelva el asunto que los anima a salir a las calles. Como lo más probable es que el gobierno ignore olímpicamente la señal del jueves, se abre la posibilidad de que estas marchas se sucedan y aumenten su caudal, salvo que alguna fuerza política capitalice y canalice sus reivindicaciones, o que – y no sería de extrañar- el kirchnerismo organice “contramarchas” para pulsear y retomar el control de las calles, asunto tan caro a los regímenes populistas.
El kirchnerismo ya cometió un error gravísimo, cual fue el haber roto su alianza con Hugo Moyano, ahora comete otro, romper definitivamente con la clase media. Finalmente, la presidente tendrá que quedarse con la misma alianza que mantuvo a Carlos Menem en el poder: algunos grupos económicos concentrados y las clases populares.
A propósito del líder camionero, el oficialismo lo va a extrañar a la hora de movilizar gente en un hipotético plan de reconquistar la calle, tarea que quedará en manos de La Cámpora, Kolina y los movimientos sociales comprometidos con el kirchnerismo. Por el contrario, junto con Pablo Michelli de la CTA, Moyano estaría planeando un paro conjunto, por primera vez.
Reconociendo la inflación
El aumento de la Asignación Universal por Hijo de casi el 26 por ciento, obedece a una “actualización” con la evolución de la inflación que informan las estadísticas provinciales. Desde su creación, la AUH no creció en términos reales y a fin de año estará por debajo de su nivel inicial. El resto de las asignaciones familiares también fueron incrementadas, aunque con un aumento diferencial de acuerdo al tramo de ingresos. Además, usando nuevamente un Decreto de Necesidad y Urgencia y a pesar de contar con una mayoría parlamentaria oficial, la presidente dispuso una modificación en el esquema general de las asignaciones familiares que ahora se definirán según el ingreso familiar y no del ingreso de cada uno de los conyugues, lo que obligó a Diego Bossio, titular de la ANSES a explicar cómo será el nuevo mecanismo, en una semana en la que tuvo que acudir a la Justicia por el conflicto con la provincia de Córdoba.
En 2012, la AUH, los salarios y las jubilaciones se han reajustado apenas alcanzando la inflación, tal vez esperando el año electoral – sin presiones para el pago de intereses de deuda externa – para ser más generosos. No obstante, el déficit fiscal que es el talón de Aquiles a partir de la cual se derivan casi todos los problemas que afectan al “modelo” económico por estos días, no pareciera mostrar ningún signo de mejora para el 2013. La situación de las cuentas públicas del gobierno se encuentra en continuo y franco deterioro y los problemas de las provincias serán atendidas según la cara del gobernador. Por lo pronto Jose M. De la Sota y Daniel Perlata clamarán en el desierto.
Si nada profundo cambia, la tendencia seguirá y teniendo en cuenta el rol central que cumple actualmente la debilidad fiscal como mecanismo propagador de problemas y desequilibrios al resto de la economía, es difícil pensar en una mejora ostensible de la situación en el corto plazo.
Editorial de Escenarios Alternativos del 17 de Setiembre de 2012
Timerman y el Caso ¿¿Ciccone??
Ayer , y con trámite parlamentario “superexpress”, la Cámara de Diputados convirtió en ley la expropiación de la imprenta Ciccone que tiene, en un océano de interrogantes sin respuesta, una certeza: constituye el intento oficial de liquidar un oscuro asunto que salpica con responsabilidades al núcleo del poder político de la Argentina.
Las reacciones de los seguidores del Gobierno fueron de dos tipos. Una pasiva, la de infinidad de dirigentes notorios del justicialismo y sus aliados que con su silencio vergonzante orillaron la complicidad.
Otra, de naturaleza activa, tuvo tres versiones: la primera por parte de funcionarios y legisladores que,cual cirujas de la ideología, recurrieron a una pretendida argumentación progresista con la presunta recuperación de la “soberanía monetaria”. Otros se escudaron en la frase típica de los noventa por la cual “todo está en manos de la justicia y a eso nos atendremos”. La última versión del mismo tipo estuvo a cargo de los propagandistas que acudieron, como era de esperar,a la demonización por la “agresión mediática del monopolio”.
Es ahí que me acorde de Jacobo Timerman que una tarde de primavera en un café de la Plaza de San Telmo me contó su respuesta, en una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa, a los propagandistas de la dictadura que negaban el terrorismo de estado y proclamaban que los argentinos éramos derechos y humanos. Les dijo “ pero si no les piden tanto”.
Una pregunta pertinente aquí y ahora es: le pedirán tanto a los que, tan entusiastamente, niegan lo evidente?
De Moreno a Kicillof
Las últimas medidas económicas y la médula del “modelo”. Las consecuencias de esa lógica y el futuro cercano. La rebelión de los gobernadores y las presiones por la reelección de la presidente. Subtes y billetes.Arrecian los rumores de reyertas palaciegas entre Guillermo “IAPI” Moreno y Axel Kicillof por espacios de poder que el último acumula sin pausa. La única diferencia que hay entre ambos -además de la formación académica y la edad- es que Moreno proviene de la cantera del PJ, es decir de un partido tradicional que forma parte de lo que Kicillof detesta desde hace años, como cuando en el 2000 motorizó la propuesta 501, aquella que alentaba a los ciudadanos a alejarse a más de 500 kilómetros de su lugar de votación para no concurrir a las urnas. Las apariciones rutilantes, y algo destempladas del mimado de la Presidente, dejan entrever una serie de ideas fuerza que sostiene Kicillof y que implican una “profundización del modelo de poder” aplicado por los Kirchner desde sus primeros pasos en Santa Cruz.
Pareciera que en ese esquema que busca afianzarse bajo la égida del “cristinismo”, el Estado juega un papel que desdeña la “horrible seguridad jurídica”, tal como expuso Kicillof. Desde esa perspectiva, el Estado debe regular la tasa de ganancias de las empresas y, de ser necesario, pasar a la intervención directa o indirecta en el control de las compañías. Así, luego de ocho años de gobierno el peronismo decidió que las recientes expropiaciones se basan en la argumentación de que son estratégicas para el país – como en breve podrían ser, por la suicida política energética, las quebradas distribuidoras de electricidad – o como lo son las restricciones a la compra de divisas. Y que los rudimentarios métodos de Moreno serán reemplazados por la “cátedra Kicillof” que le da letra económica a la Presidente para transmitir por cadena nacional su parecer. Por último, el aislamiento financiero del mundo debería tener, en este esquema, un correlato en el desalineamiento de los precios internos respecto de los internacionales. Esa acentuada autarquía de nuestra economía -como la caracterizó recientemente el Presidente de Uruguay Pepe Mujica- descansa en el mercado interno, que representa dos tercios del PBI, y tiene como atizadores la inversión privada y la pública. La primera es escasa y está desorientada y acorralada por los nuevos controles y la incertidumbre que genera la inflación, en tanto que la segunda se ve resentida en el marco de una caída del crecimiento y la consiguiente repercusión en las fuentes de financiamiento del gasto público. El propio BCRA vaticina, en algunos estudios prospectivos recientes, un crecimiento del PBI del 3 por ciento para los años 2013 y 2014. Todo esto en el marco del “relato”, con el control de la ANSES y el BCRA como fuente de financiamiento en épocas flacas, conforma un esquema económico y político que no registra parangón exitoso en el mundo. En el plano estrictamente político la sucesión sigue siendo el desvelo oficial y la relación con el PJ se deteriora de cara a las elecciones del 2013. Si bien La Cámpora y Kolina son agrupaciones que han emprendido la tarea territorial desde el aparato estatal, distan mucho de poder reemplazar a los caciques peronistas. Por ahora son pocos los convencidos del conurbano bonaerense: apenas un puñado de ellos son abiertamente refractarios a Daniel Scioli y los otros hacen lo de siempre, siguen a su líder mientras este demuestre que tiene el poder. En tanto, los gobernadores hacen algo similar y hasta están dispuestos a apoyar una reelección que, en caso de ser necesario, los habilite a ellos también. Aunque hoy, tienen preocupaciones más urgentes que el 2015. La bendita coparticipación La Ley de Coparticipación Federal de Impuestos, de 1988, tuvo un espíritu progresivo. La nación recaudaba ciertos impuestos correspondientes a las provincias y redistribuía esos recursos, con un criterio solidario y redistributivo. Con el tiempo, las modificaciones de apuro condujeron este mecanismo a un centralismo fiscal en cabeza de la nación, llevando a las provincias a peregrinar por oficinas del gobierno nacional para solucionar sus problemas fiscales. Para peor, el Pacto Fiscal de 1994, derivó el 15 por ciento de los recursos coparticipables para sostener el sistema previsional de reparto, desfinanciado por la creación del régimen de capitalización. Hoy que la crisis fiscal campea en todos los órdenes estatales del país, las provincias reclaman la devolución del 15 por ciento debido a que la reestatización del sistema provisional en el 2008 ha dejado a la nación sin el argumento primigenio. Un estudio reciente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) muestra que el déficit de las cuentas provinciales –iniciado en 2011–, puede alcanzar los 30.000 millones de pesos este año, al contemplar un incremento del 30 por ciento en el gasto. Al mismo tiempo, este rojo podría ser parcialmente cubierto si las provincias no resignaran ese 15 por ciento que comienza a estar en la picota. En cualquier caso estaríamos en presencia de dificultades fiscales sistémicas, ya que si el Estado nacional, a través de la ANSES, devuelve a las provincias estos recursos, las provincias pueden salir del déficit, pero la nación sufriría si absorbiera esa crisis. Más aún cuando la ANSES financia, además, buena parte de la inversión pública, a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. El fin de este porcentaje, cedido por las provincias como financiamiento tributario de la ANSES, liquidaría el superávit primario nacional registrado en los últimos años. Esto es así porque el 40 por ciento de los ingresos de la ANSES son por impuestos y no por el aporte contributivo del sistema. La pelea política y judicial ya empezó por Córdoba y Corrientes, le seguirán aquellas provincias que se animen a plantarse a la presidente, algo que es poco común. Córdoba ya sufrió el apriete propagandístico ilegal en el espacio de Fútbol para Todos, del mismo modo que lo padeció Mauricio Macri con el tema del paro de subterráneos. El unicato no repara en aplicarles a sus enemigos todo el peso de su poder, aunque una jueza haya prohibido ese accionar autoritario del gobierno nacional. Billetes subterráneos Diez días de paro de subterráneos fue la consecuencia de la larga política de subsidios al transporte, combinada con la disputa política entre la nación y la Ciudad de Buenos Aires. En medio, millones de habitantes que resistieron con estoicismo el maltrato de ambos gobiernos. La aparente complejidad del asunto de fondo, es producto de la puja política y sindical. En realidad, la empresa Metrovías que explota la concesión desde hace casi 20 años siempre “cargó” a la cuenta de los subsidios el costo salarial elevado que los Metrodelegados lograron arrancar desde el año 2003 con sus constantes luchas, limitando a la UTA a un papel decorativo. Ahora, que el subsidio se redujo, nadie quiere hacerse cargo de las demandas salariales, por lo que el conflicto será permanente. Los costos en personal son los más gravosos. La empresa tiene hoy una plantilla acrecentada en un 80 por ciento, si se la compara con la gestión estatal de 1986, y el tendido no ha experimentado el mismo crecimiento. Nuevamente, como en el caso del Correo, Aguas Argentinas, YPF y ahora Impresora Sudamericana, la ineficiencia y corrupción de parte de funcionarios del Estado nacional, muy probablemente derivará en la reestatización del servicio, en tanto la empresa concesionaria se retirará sin haber cumplido con las inversiones previstas, aunque con la excusa de que la tarifa estuvo notablemente retrasada durante años. En estos términos, Metrovías será “pasto para Kicillof” y su idea del control directo del Estado sobre determinados servicios estratégicos, los que además, no podrían estar en manos de un “enemigo y un inútil” como el jefe de gobierno de la ciudad. Instrumentar las decisiones jurídicas y administrativas para conformar el Ente Tripartito de Transporte Metropolitano para viabilizar una sola política de transporte público y una racionalización en su planificación y gestión, no figura en el menú de opciones del kirchnerismo. Otro ejemplo de cómo se esconde bajo la alfombra la corrupción y la falta de control del kirchnerismo, bajo el disfraz de la épica nacional populista, es la expropiación de la ex Ciccone Calcográfica. El vicepresidente Amado Boudou está envuelto en sospechas de tener a un testaferro como dueño de Ciccone y, a raíz de las denuncias periodísticas, la justicia investiga luego de haber sido presionada al punto de obtener la renuncia del fiscal general Esteban Righi y el apartamiento del juez de la causa. Con la expropiación se barre de un plumazo con todo el problema y se pretende blanquear la imagen del presidente del Senado que tuvo que soportar el escarnio público que significó la andanada de verdades que le propinaron los senadores de la oposición. Las declaraciones del resucitado ministro Ricardo Lorenzino, respecto de que esta medida es “el primer paso para revertir un plan para desguazar la Casa de la Moneda”, solo refuerza la postura del kirchnerismo de comportarse como un recién llegado a la Casa Rosada y de no aceptar su mala gestión, como con los subterráneos. Y como si esto fuera poco la ex Ciccone, en algunas semanas convertida en, una empresa pública, estará sujeta al control interno de la Sindicatura General de la Nación, al frente de la cual se encuentra el deslucido y “bochado” candidato a Fiscal General de la Nación, Daniel Reposo. Publicado en Escenarios Alternativos. |
Uno de los rasgos distintivos de esta etapa de la globalización, caracterizada por la preeminencia de la dimensión financiera, es la desigualdad. Esta se expresa de manera dramática, pero no solamente, en los ingresos y se verifica su incremento tanto entre países como al interior de las fronteras de cada país.
El tema es de importancia sustantiva porque la desigualdad, como la corrupción, corroe desde adentro la democracia y es motivo de estudio y reflexión crítica. En su último libro, el recientemente fallecido académico británico Tony Judt recuerda que, en 1968, el diferencial de ingresos entre el principal ejecutivo de General Motors y un trabajador promedio de la empresa automotriz era de 69 veces, mientras que a finales de la década pasada esa relación trepó a 900 veces.
En los EEUU, donde los ingresos del 1% de la población más rica representan más del 21% de todo el Ingreso Nacional, la situación llevó a que el Congreso realizara un trabajo donde se estudió el tema.
En nuestro país, no solo el Congreso adolece de recursos institucionales para abordar estudios con seriedad técnica y una perspectiva independiente, sino que las estadísticas oficiales perdieron toda credibilidad desde que la manipulación sistemática de los índices de inflación pasó a ser una política pública.
Es por eso que adquiere relevancia el esfuerzo del CEDLAS -Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales- de la Universidad de La Plata que, con reconocimiento internacional, estudia los temas de desigualdad en nuestro país.
Adicionalmente, en su sitio, el CEDLAS tiene un dispositivo por el cual cada ciudadano puede, a partir de sus ingresos, saber en qué posición está situado en la escala de distribución de la riqueza.
Estoy seguro que más de uno se llevará una sorpresa.