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Nuevos Arreglos para la Misma Partitura

En un momento delicado del país, la presidente recicla su elenco estable. La pinza que se cierne sobre el kirchnerismo. El panorama de las provincias: entre el ahogo de la nación y el desmanejo propio. Turbulencias en el MERCOSUR.

Desde estas páginas hemos dedicado mucho espacio a analizar el cauce económico y político que ha tomado el peronismo gobernante en los últimos años. De los pasados 23 años, 21 han sido peronistas y en la provincia de Buenos Aires los últimos 25 años han sido de gobernaciones de ese cuño político, cifras interesantes para alumbrar los tiempos que corren.
Hoy, la realidad reafirma cuestiones acuciantes que están haciendo eclosión en un momento de recambio del elenco de protagonistas del poder político en la Argentina. En el octavo mes de mandato de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, la nueva constelación del poder está siendo armada a gusto de una mandataria cada vez más encerrada en si misma. Este período de unicato peronista se caracteriza por el recambio de figuras que otrora tenían llegada directa a los oídos y al despacho de Néstor Kirchner. Tanto políticos como empresarios, están asistiendo a su desplazamiento por figuras, preferentemente jóvenes. Y la centralidad del mando llega a puntos asombrosos, como las decisiones de la “soberana” de decirles a los jueces federales que no cuenten con la Gendarmería para solucionar conflictos, o decidir que la Policía Federal se retire de la Plaza de Mayo durante el acto de Hugo Moyano.

Es más importante evitar algún acto “destituyente” que la seguridad de las personas.

Es lógico que la presidente haya intentado este cambio, que en ninguna medida significa un cambio de alianzas políticas fundamentales, es decir, se sigue practicando un capitalismo de amigos, a los que se les retribuye en forma proporcional a sus servicios – véase la relación con Moyano y otros de los “caídos en actos de servicio”. Es lógico, decimos, que con el 54% de los votos la presidente haya elegido utilizar capital político para cambiar su “guardarropas de poder” y concentrar aún más el mando. Lo que no parece lógico es que esa maniobra importante se haya gestado en medio de una importante declinación del “modelo” económico K.
La inflación y la crisis energética – de una magnitud sin precedentes – se realimentan para generar una situación que en el próximo semestre nos asoma a la estanflación.

La máquina propagandística de la Casa Rosada no se cansa de montar actos, anuncios, cadenas nacionales y teleconferencias, cuyo rédito político es cada vez más efímero. Según encuesta propias (EA) la imagen positiva de la presidente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires subió del 35 al 47 por ciento cuando se estatizó el paquete accionario mayoritario de YPF en mayo último y cayó al 30 por ciento – con una imagen negativa del 45 por ciento – cuando se reforzaron las prohibiciones de compra del dólar, a fines del mismo mes. Esto muestra que la presidente hace un uso inadecuado de los recursos disponibles – materiales y simbólicos – para acometer asuntos que no son prioritarios para la marcha de la economía y la vida cotidiana de las personas.

Una explicación posible es que se ha desatado la lucha por el 2015, tensión que obliga a alineamientos, profesiones de fe e intrigas. Otra es que, al margen de la batería de medidas facilistas, el kirchnerismo no tiene la capacidad suficiente para acometer los problemas estructurales que ha creado. No es esperable que el unicato peronista acepte la responsabilidad de la situación a la que ha conducido a la economía nacional. Por esto, ha creado en su “relato” un movimiento de pinzas que amenaza su obra. Una pinza es la que atribuye a la crisis mundial los problemas de desaceleración de la actividad y, la otra, la conforman los gobernadores que administran mal sus provincias y “pretenden” que la nación les saque las papas del fuego. En el centro aparece Ella, erigida en ejemplo de buena administración que acaba de dejar boquiabiertos a sus compañeros del G-20 que “no podían creer que el aumento salarial en la Argentina estaba en el orden del 25 por ciento”. Al aislamiento del unicato, se le suma así, el blindaje contra esos supuestos enemigos poderosos.

Los malos administradores

Las huelgas que deberá soportar el gobernador de la provincia de Buenos Aires son organizadas por los sindicatos de empleados públicos – docentes, judiciales, bancarios y administrativos. Si bien el ahogo financiero puede encontrar explicación en el retaceo de ayuda por parte de la nación, el efecto más nocivo de la Casa Rosada lo causa el establecimiento de la pauta de aumento docente por parte del Ministerio de Educación de la Nación – que no tiene docentes a su cargo – y que luego sirve de base para los aumentos en las administraciones provinciales, constituyéndose en el piso de la pauta salarial para los empleados públicos. Por este lado, la presidente fija reglas para empleados a los que no les tiene que pagar. Por el otro, se verifica un fenómeno que sí es responsabilidad de las provincias y de los municipios: el aumento del empleo público. Veamos.

En los últimos cuatro años, el sector público incrementó su planta de personal en un 20 por ciento en el nivel nacional, el 33 por ciento en el provincial y el 30 por ciento en el municipal. En el Estado nacional los mayores aumentos se verifican en las empresas públicas y en los bancos nacionales, con un crecimiento del empleo del 67 y el 80 por ciento entre los años 2007 y 2011, respectivamente. Esto significa que provincias como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe afrontarán crecientes problemas porque la Casa Rosada carece de los recursos, debido al adelgazamiento de la billetera; y el endeudamiento externo es una puerta cerrada, tanto como lo es para la nación. El dilema se presentará para la presidente porque no podrá ahorcar tanto como para que esas provincias se transformen en un tembladeral incontrolable de ciudadanos que votan. El intendente de Lanús Darío Díaz Pérez ha dicho que esta es una línea de acción posible.

Pero estas provincias sufrirían por partida doble: las dos primeras están gobernadas por politicos que ya anunciaron su intención de pelear por la presidencia en el 2015 –José Manuel de la Sota y Daniel Scioli – y la tercera está gobernada por la coalición de partidos – Frente Progresista cívico y social-. Para el resto de las provincias el panorama no parece ser tan duro, aunque algunas – como Santa Cruz y Chubut – estén atravesando situaciones coyunturales particulares de conmoción política y social.

El “Mercosufre”

La última reunión de Ministros del MERCOSUR estuvo signada por los acontecimientos del Paraguay, en donde Fernando Lugo fue desplazado por el Congreso, de manera extemporánea; y por el ingreso de Venezuela al bloque regional, efectuado de manera irregular.

Esto es así, debido a que no todos los Congresos nacionales aprobaron dicho ingreso o accesión, tal como está estipulado en la legislación. Además, ambos países han pasado por una situación incómoda puesto que está probado que ha habido contactos entre el canciller venezolano en Paraguay, Nicolás Maduro y jefes militares de ese país, con la supuesta intención de resistir la expulsión de Lugo de la presidencia, en una curiosa actitud similar a la ocurrida en 1974 en los EE.UU.

En julio de ese año el congreso norteamericano trataba el impeachment al presidente Richard Nixon. Ante la inminencia de su destitución – lo que finalmente ocurrió – el ministro de relaciones exteriores de Gran Bretaña, temeroso de perder un aliado poderoso, se reunió con los jefes militares del Pentágono – en vez de hacer lobby en el Congreso – para convencerlos de que en aras de la democracia había que detener el proceso en contra de un presidente elegido por el pueblo.

En ambos casos, la “restauración democrática” fue una excusa para mantener en el poder a líderes funcionales a un proyecto de poder determinado, y los medios a los que recurrieron los “restauradores” se alejaron de cualquier procedimiento compatible con el republicanismo y la democracia.

Otra voz del Mercosur, la del vicepresidente uruguayo Danilo Astori Saragosa consideró la accesión de Venezuela como “una herida institucional muy importante, quizás la más grave en los veintiún años del Mercosur”.

Para el ex rival en la interna del 2009 con José Mujica, el ingreso de Venezuela a la organización regional es “negativo para el bloque regional, para Uruguay e incluso para Venezuela”.

Astori se pregunta en un artículo publicado en el portal Uypress de Montevideo, ¿qué motivó el giro de Mujica cuya delegación no apoyaba la medida antes de la votación?

“El retroceso más grande y más grave que ha sufrido el Mercosur en toda su compleja historia, es que ahora la única institucionalidad válida no es la de los tratados, no es la de los mecanismos que nos protegen a todos, y requirieron largas y trabajosas negociaciones. Ahora dependemos de las decisiones de los presidentes de los países”, concluyó Astori.

Publicado en Escenarios Alternativos

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