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Pingüinos a la Cacerola

La protesta masiva desatada el jueves 13 de septiembre interpela a varios sectores y expresa el cansancio social ante la soberbia y la falta de respuestas del gobierno. Las reacciones y los futuros posibles. La inflación obliga a actualizar la AUH.
Justo cuando la presidente Cristina Fernández de Kirchner advirtió que había que temerle como a dios, se desató una protesta masiva en las plazas del casi todo el país. De ese modo se quebró, como se quebró la convertibilidad en el 2001, un ingrediente fundamental de la alquimia de poder kirchnerista: el miedo. La marcha masiva, pacífica, aparentemente espontánea y no organizada por ningún partido político o grupo de interés – como cuando “la 125”- expresó el hartazgo de una buena parte de la sociedad ante un unicato que es sordo a los reclamos y que en vez de tratar los problemas centrales de los ciudadanos, fija agenda con el voto adolescente o estatiza empresas para cubrir sus actos de corrupción.
Las consignas en contra de la modificación de la Constitución para permitir la re reelección de la presidente; por mayor seguridad y mejor justicia; contra la corrupción; la inflación y el relato mítico del fundamentalismo K, fueron las más salientes de un público que seguramente contaba entre sus filas a votantes de un oficialismo que en su campaña no incluyó las restricciones para comprar divisas y viajar al exterior, la apropiación de YPF e Impresora Sudamericana o la transferencia de los fondos judiciales del banco Ciudad al Banco Nación (para hacer otra caja y mojarle la oreja a Mauricio Macri).
Pero no sólo el gobierno es el destinatario de la protesta. Si bien se lleva la mayor parte, el malestar se expresó en contra del Poder Legislativo, en tanto los representantes no parecen procesar las demandas de sus representados; y muy especialmente al Poder Judicial cuyos magistrados han recibido el mensaje de que sus fallos – y la celeridad de los mismos – serán vigilados de cerca por una multitud que espera justicia en el sentido más amplio del término. En resumen, la protesta social del jueves 13 fue un reclamo por una democracia de calidad en la Argentina. Eso incluye a todos los partidos políticos.
La cobertura de los medios es un ejemplo de la fractura social que impulsa el kirchnersimo. Los medios, oficiales y paraestatales, ignoraron y denostaron la marcha, mientras que los independientes cubrieron todo el evento.
Las reacciones y el después
Todo movimiento social contiene una diversidad y se aglutina en torno a un determinado problema común. En el caso del S-13, la heterogeneidad incluye a sectores que profesan un rencor acendrado al kirchnerismo y que no trepidarían en apelar a cualquier mecanismo con tal de ver a la presidente fuera de la Casa Rosada. Esas minorías son las que dan pábulo al fundamentalismo kirchnerista para ver conspiraciones destituyentes o para descalificar el movimiento con discriminaciones clasistas. Ese fue el camino elegido por el jefe de Gabinete Juan M. Abal Medina y otros funcionarios mandados por la presidente a restarle importancia a la marcha, primero por su insignificancia numérica y luego por su composición social. Sin embargo, algunos kirchneristas como José Luis Gioja y Daniel Scioli piden mesura, lo que no es lo mismo que pedirle a su líder que escuche los reclamos.
Los movimientos sociales se sostienen en el tiempo mientras no se resuelva el asunto que los anima a salir a las calles. Como lo más probable es que el gobierno ignore olímpicamente la señal del jueves, se abre la posibilidad de que estas marchas se sucedan y aumenten su caudal, salvo que alguna fuerza política capitalice y canalice sus reivindicaciones, o que – y no sería de extrañar- el kirchnerismo organice “contramarchas” para pulsear y retomar el control de las calles, asunto tan caro a los regímenes populistas.
El kirchnerismo ya cometió un error gravísimo, cual fue el haber roto su alianza con Hugo Moyano, ahora comete otro, romper definitivamente con la clase media. Finalmente, la presidente tendrá que quedarse con la misma alianza que mantuvo a Carlos Menem en el poder: algunos grupos económicos concentrados y las clases populares.
A propósito del líder camionero, el oficialismo lo va a extrañar a la hora de movilizar gente en un hipotético plan de reconquistar la calle, tarea que quedará en manos de La Cámpora, Kolina y los movimientos sociales comprometidos con el kirchnerismo. Por el contrario, junto con Pablo Michelli de la CTA, Moyano estaría planeando un paro conjunto, por primera vez.
Reconociendo la inflación
El aumento de la Asignación Universal por Hijo de casi el 26 por ciento, obedece a una “actualización” con la evolución de la inflación que informan las estadísticas provinciales. Desde su creación, la AUH no creció en términos reales y a fin de año estará por debajo de su nivel inicial. El resto de las asignaciones familiares también fueron incrementadas, aunque con un aumento diferencial de acuerdo al tramo de ingresos. Además, usando nuevamente un Decreto de Necesidad y Urgencia y a pesar de contar con una mayoría parlamentaria oficial, la presidente dispuso una modificación en el esquema general de las asignaciones familiares que ahora se definirán según el ingreso familiar y no del ingreso de cada uno de los conyugues, lo que obligó a Diego Bossio, titular de la ANSES a explicar cómo será el nuevo mecanismo, en una semana en la que tuvo que acudir a la Justicia por el conflicto con la provincia de Córdoba.
En 2012, la AUH, los salarios y las jubilaciones se han reajustado apenas alcanzando la inflación, tal vez esperando el año electoral – sin presiones para el pago de intereses de deuda externa – para ser más generosos. No obstante, el déficit fiscal que es el talón de Aquiles a partir de la cual se derivan casi todos los problemas que afectan al “modelo” económico por estos días, no pareciera mostrar ningún signo de mejora para el 2013. La situación de las cuentas públicas del gobierno se encuentra en continuo y franco deterioro y los problemas de las provincias serán atendidas según la cara del gobernador. Por lo pronto Jose M. De la Sota y Daniel Perlata clamarán en el desierto.
Si nada profundo cambia, la tendencia seguirá y teniendo en cuenta el rol central que cumple actualmente la debilidad fiscal como mecanismo propagador de problemas y desequilibrios al resto de la economía, es difícil pensar en una mejora ostensible de la situación en el corto plazo.

Editorial de Escenarios Alternativos del 17 de Setiembre de 2012

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Timerman y el Caso ¿¿Ciccone??

timerman Ayer , y con trámite parlamentario “superexpress”, la Cámara de Diputados convirtió en ley la expropiación de la imprenta Ciccone que tiene, en un océano de interrogantes sin respuesta, una certeza: constituye el intento oficial de liquidar un oscuro asunto que salpica con responsabilidades al núcleo del poder político de la Argentina.

Las reacciones de los seguidores del Gobierno fueron de dos tipos. Una pasiva, la de infinidad de dirigentes notorios del justicialismo y sus aliados que con su silencio vergonzante orillaron la complicidad.

Otra, de naturaleza activa, tuvo tres versiones:  la primera por parte de  funcionarios y legisladores que,cual cirujas de la ideología, recurrieron a una pretendida argumentación progresista con la presunta recuperación de la “soberanía monetaria”. Otros se escudaron en la frase típica de los noventa por la cual “todo está en manos de la justicia y a eso nos atendremos”. La última  versión del mismo tipo estuvo a cargo de los propagandistas que acudieron, como era de esperar,a la demonización por la “agresión mediática del monopolio”.

Es ahí que me acorde de Jacobo Timerman que una tarde de primavera en un café de la Plaza de San Telmo me contó su respuesta, en una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa, a los propagandistas de la dictadura que negaban el terrorismo de estado y proclamaban que los argentinos éramos derechos y humanos. Les dijo “ pero si  no les piden tanto”.

Una pregunta pertinente aquí y ahora es: le pedirán tanto a los que, tan entusiastamente, niegan lo evidente?

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De Moreno a Kicillof

Las últimas medidas económicas y la médula del “modelo”. Las consecuencias de esa lógica y el futuro cercano. La rebelión de los gobernadores y las presiones por la reelección de la presidente. Subtes y billetes.Arrecian los rumores de reyertas palaciegas entre Guillermo “IAPI” Moreno y Axel Kicillof por espacios de poder que el último acumula sin pausa. La única diferencia que hay entre ambos -además de la formación académica y la edad- es que Moreno proviene de la cantera del PJ, es decir de un partido tradicional que forma parte de lo que Kicillof detesta desde hace años, como cuando en el 2000 motorizó la propuesta 501, aquella que alentaba a los ciudadanos a alejarse a más de 500 kilómetros de su lugar de votación para no concurrir a las urnas. Las apariciones rutilantes, y algo destempladas del mimado de la Presidente, dejan entrever una serie de ideas fuerza que sostiene Kicillof y que implican una “profundización del modelo de poder” aplicado por los Kirchner desde sus primeros pasos en Santa Cruz.

Pareciera que en ese esquema que busca afianzarse bajo la égida del “cristinismo”, el Estado juega un papel que desdeña la “horrible seguridad jurídica”, tal como expuso Kicillof. Desde esa perspectiva, el Estado debe regular la tasa de ganancias de las empresas y, de ser necesario, pasar a la intervención directa o indirecta en el control de las compañías. Así, luego de ocho años de gobierno el peronismo decidió que las recientes expropiaciones se basan en la argumentación de que son estratégicas para el país – como en breve podrían ser, por la suicida política energética, las quebradas distribuidoras de electricidad – o como lo son las restricciones a la compra de divisas. Y que los rudimentarios métodos de Moreno serán reemplazados por la “cátedra Kicillof” que le da letra económica a la Presidente para transmitir por cadena nacional su parecer.

Por último, el aislamiento financiero del mundo debería tener, en este esquema, un correlato en el desalineamiento de los precios internos respecto de los internacionales. Esa acentuada autarquía de nuestra economía -como la caracterizó recientemente el Presidente de Uruguay Pepe Mujica- descansa en el mercado interno, que representa dos tercios del PBI, y tiene como atizadores la inversión privada y la pública. La primera es escasa y está desorientada y acorralada por los nuevos controles y la incertidumbre que genera la inflación, en tanto que la segunda se ve resentida en el marco de una caída del crecimiento y la consiguiente repercusión en las fuentes de financiamiento del gasto público.

El propio BCRA vaticina, en algunos estudios prospectivos recientes, un crecimiento del PBI del 3 por ciento para los años 2013 y 2014.

Todo esto en el marco del “relato”, con el control de la ANSES y el BCRA como fuente de financiamiento en épocas flacas, conforma un esquema económico y político que no registra parangón exitoso en el mundo.

En el plano estrictamente político la sucesión sigue siendo el desvelo oficial y la relación con el PJ se deteriora de cara a las elecciones del 2013. Si bien La Cámpora y Kolina son agrupaciones que han emprendido la tarea territorial desde el aparato estatal, distan mucho de poder reemplazar a los caciques peronistas. Por ahora son pocos los convencidos del conurbano bonaerense: apenas un puñado de ellos son abiertamente refractarios a Daniel Scioli y los otros hacen lo de siempre, siguen a su líder mientras este demuestre que tiene el poder.

En tanto, los gobernadores hacen algo similar y hasta están dispuestos a apoyar una reelección que, en caso de ser necesario, los habilite a ellos también. Aunque hoy, tienen preocupaciones más urgentes que el 2015.

La bendita coparticipación

La Ley de Coparticipación Federal de Impuestos, de 1988, tuvo un espíritu progresivo. La nación recaudaba ciertos impuestos correspondientes a las provincias y redistribuía esos recursos, con un criterio solidario y redistributivo. Con el tiempo, las modificaciones de apuro condujeron este mecanismo a un centralismo fiscal en cabeza de la nación, llevando a las provincias a peregrinar por oficinas del gobierno nacional para solucionar sus problemas fiscales. Para peor, el Pacto Fiscal de 1994, derivó el 15 por ciento de los recursos coparticipables para sostener el sistema previsional de reparto, desfinanciado por la creación del régimen de capitalización.

Hoy que la crisis fiscal campea en todos los órdenes estatales del país, las provincias reclaman la devolución del 15 por ciento debido a que la reestatización del sistema provisional en el 2008 ha dejado a la nación sin el argumento primigenio.

Un estudio reciente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) muestra que el déficit de las cuentas provinciales –iniciado en 2011–, puede alcanzar los 30.000 millones de pesos este año, al contemplar un incremento del 30 por ciento en el gasto. Al mismo tiempo, este rojo podría ser parcialmente cubierto si las provincias no resignaran ese 15 por ciento que comienza a estar en la picota. En cualquier caso estaríamos en presencia de dificultades fiscales sistémicas, ya que si el Estado nacional, a través de la ANSES, devuelve a las provincias estos recursos, las provincias pueden salir del déficit, pero la nación sufriría si absorbiera esa crisis. Más aún cuando la ANSES financia, además, buena parte de la inversión pública, a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad.

El fin de este porcentaje, cedido por las provincias como financiamiento tributario de la ANSES, liquidaría el superávit primario nacional registrado en los últimos años. Esto es así porque el 40 por ciento de los ingresos de la ANSES son por impuestos y no por el aporte contributivo del sistema.

La pelea política y judicial ya empezó por Córdoba y Corrientes, le seguirán aquellas provincias que se animen a plantarse a la presidente, algo que es poco común. Córdoba ya sufrió el apriete propagandístico ilegal en el espacio de Fútbol para Todos, del mismo modo que lo padeció Mauricio Macri con el tema del paro de subterráneos. El unicato no repara en aplicarles a sus enemigos todo el peso de su poder, aunque una jueza haya prohibido ese accionar autoritario del gobierno nacional.

Billetes subterráneos

Diez días de paro de subterráneos fue la consecuencia de la larga política de subsidios al transporte, combinada con la disputa política entre la nación y la Ciudad de Buenos Aires. En medio, millones de habitantes que resistieron con estoicismo el maltrato de ambos gobiernos.

La aparente complejidad del asunto de fondo, es producto de la puja política y sindical. En realidad, la empresa Metrovías que explota la concesión desde hace casi 20 años siempre “cargó” a la cuenta de los subsidios el costo salarial elevado que los Metrodelegados lograron arrancar desde el año 2003 con sus constantes luchas, limitando a la UTA a un papel decorativo. Ahora, que el subsidio se redujo, nadie quiere hacerse cargo de las demandas salariales, por lo que el conflicto será permanente.

Los costos en personal son los más gravosos. La empresa tiene hoy una plantilla acrecentada en un 80 por ciento, si se la compara con la gestión estatal de 1986, y el tendido no ha experimentado el mismo crecimiento.

Nuevamente, como en el caso del Correo, Aguas Argentinas, YPF y ahora Impresora Sudamericana, la ineficiencia y corrupción de parte de funcionarios del Estado nacional, muy probablemente derivará en la reestatización del servicio, en tanto la empresa concesionaria se retirará sin haber cumplido con las inversiones previstas, aunque con la excusa de que la tarifa estuvo notablemente retrasada durante años. En estos términos, Metrovías será “pasto para Kicillof” y su idea del control directo del Estado sobre determinados servicios estratégicos, los que además, no podrían estar en manos de un “enemigo y un inútil” como el jefe de gobierno de la ciudad.

Instrumentar las decisiones jurídicas y administrativas para conformar el Ente Tripartito de Transporte Metropolitano para viabilizar una sola política de transporte público y una racionalización en su planificación y gestión, no figura en el menú de opciones del kirchnerismo.

Otro ejemplo de cómo se esconde bajo la alfombra la corrupción y la falta de control del kirchnerismo, bajo el disfraz de la épica nacional populista, es la expropiación de la ex Ciccone Calcográfica. El vicepresidente Amado Boudou está envuelto en sospechas de tener a un testaferro como dueño de Ciccone y, a raíz de las denuncias periodísticas, la justicia investiga luego de haber sido presionada al punto de obtener la renuncia del fiscal general Esteban Righi y el apartamiento del juez de la causa. Con la expropiación se barre de un plumazo con todo el problema y se pretende blanquear la imagen del presidente del Senado que tuvo que soportar el escarnio público que significó la andanada de verdades que le propinaron los senadores de la oposición.

Las declaraciones del resucitado ministro Ricardo Lorenzino, respecto de que esta medida es “el primer paso para revertir un plan para desguazar la Casa de la Moneda”, solo refuerza la postura del kirchnerismo de comportarse como un recién llegado a la Casa Rosada y de no aceptar su mala gestión, como con los subterráneos.

Y como si esto fuera poco la ex Ciccone, en algunas semanas convertida en, una empresa pública, estará sujeta al control interno de la Sindicatura General de la Nación, al frente de la cual se encuentra el deslucido y “bochado” candidato a Fiscal General de la Nación, Daniel Reposo.

Publicado en Escenarios Alternativos.

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El Lugar de Cada Uno en la Distribución de la Riqueza

Uno de los rasgos distintivos de esta etapa de la globalización, caracterizada por la preeminencia de la dimensión financiera, es la desigualdad. Esta se expresa de manera  dramática, pero no solamente, en los ingresos y se verifica su incremento tanto entre países como al interior de las fronteras de cada país.

El tema es de importancia sustantiva porque la desigualdad, como la corrupción, corroe desde adentro la democracia y es motivo de estudio y reflexión crítica.   En su último libro, el recientemente fallecido académico británico Tony Judt recuerda que, en 1968, el diferencial de ingresos entre el principal ejecutivo de General Motors y un trabajador promedio de la empresa automotriz era de 69 veces, mientras que a finales de la década pasada  esa relación trepó a 900 veces.

En los EEUU,  donde  los ingresos del 1% de la población más rica representan más del 21% de todo el  Ingreso Nacional, la situación llevó a que el Congreso realizara un trabajo donde se estudió el tema.

En nuestro país, no solo el Congreso adolece de recursos institucionales para abordar estudios con seriedad técnica y una perspectiva  independiente, sino que las estadísticas oficiales perdieron toda credibilidad desde que la manipulación sistemática de los índices de inflación pasó a ser una política pública.

Es por eso que adquiere relevancia el esfuerzo del  CEDLAS -Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales- de la Universidad de La Plata que, con reconocimiento internacional, estudia los temas de desigualdad en nuestro país.

Adicionalmente, en su sitio,  el CEDLAS tiene un dispositivo por el cual cada ciudadano  puede, a partir de  sus ingresos, saber en qué posición está situado en la  escala de distribución de la riqueza. 

Estoy seguro que más de uno se llevará una sorpresa.

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La Sucesión Bajo el Populismo

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LA SUCESIÓN BAJO EL POPULISMO
Publicado el 31/07/2012
Por Escenarios Alternativos
La pelea por el 2015 ya se instaló en condiciones económicas que el kirchnerismo desconoce. El unicato en jaque por la incertidumbre del futuro cercano y las necesidades de establecer la continuidad. Mauricio Macri, en las sombras, no gestiona más que su imagen y se victimiza como Daniel Scioli.

Los populismos se topan, más temprano que tarde con el problema de la sucesión. Basados en liderazgos fuertes, desapegados a las normas, a las que amoldan a sus deseos. Como antes Silvio Berlusconi en Italia, Hugo Chávez; y Cristina Kirchner, sufren con la sola idea de que abandonarán el poder a manos de alguien que seguramente no continuará su obra, o no lo hará tan bien como ellos creen.

También es sustancial al populismo el trabajo del coro estable de cada corifeo que empuja los límites que haya que empujar para seguir ocupando los puestos del Estado al que “le están dando un rumbo fundacional”. Personajes dramáticos como el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires Gabriel Mariotto, salen al cruce de las aspiraciones presidenciales de cualquiera que no sea la “líder espiritual”, tal como ha definido a Cristina Fernández de Krichner, el senador Aníbal Fernández. En la media sombra empujan la re reelección de la presidente, la única que asegura su estabilidad como adláteres del poder.

La rotura de la posibilidad del tándem Néstor-Cristina, abrió el juego al abismo de la sucesión. La presidente tapa con su política de anuncios y discursos, su condición de “pato rengo” y hasta muestra signos de hastío, de despreocupación con humoradas y gestos nada protocolares, pero que la “acercan al pueblo”. Necesita un sucesor, pero no lo puede nombrar ahora, ni tolera que alguno se presente como tal ante la sociedad.

Ya hace más de dos meses que la presidente puso en marcha un trabajo conjunto entre el Ministerio de Desarrollo Social y de Seguridad, a “cargo” de Sergio “Conintes” Berni, en el primer cordón del conurbano bonaerense para instalar la figura de Alicia Kirchner y su agrupación Kolina – la misma que presentó afiliaciones falsas en la provincia de La Rioja – como posible sucesora. Todavía no recoge los niveles de adhesión esperados, pero la cuñada sería una candidata potable. En última instancia, podría hacer fuerza en la provincia de Buenos Aires, en donde podría darse un Kolina versus Karina.

En derredor al espacio del unicato cristinista, sobrevuelan las aspiraciones del cada vez más notorio Ministro Florencio Randazo y, aunque se ha desmentido, las ambiciones del jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medina, laten como corolario de su meteórica carrera que se inició hace algo más de seis años cuando Alberto Fernández lo llevó al Poder Ejecutivo, sacándolo de una oficina del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El problema de ellos y de cualquier otro candidato del cristinismo es que Ella tiende a emascularlos, apenas se entera de sus intenciones.

2013

En este escenario, en donde la carrera sucesoria se inició el mismo día en que la presidente asumió su segundo mandato, las elecciones legislativas del año que viene cobran gran interés para los que sueñan con modificar la Constitución para acomodarla a los deseos de eternización de todo gobierno populista. Si bien es cierto que se renuevan las bancas del 2009, el principal escollo para un buen desempeño electoral es que la situación económica no pareciera acompañar. En este sentido, y como una novedad, un gobierno peronista deberá enfrentar las consecuencias de políticas económicas facilistas que se pudieron tomar en un contexto muy particular y partiendo de una base, en el 2001, de muy poca expectativa.

Como resultado del cada vez menos estimulante ambiente de inversión, y la desaceleración de la actividad, el número de personas empleadas se redujo en 360.000 ocupadas, entre el último trimestre de 2011 y el primero de 2012, una cifra alarmante si se tiene en cuenta que el gobierno carece de recursos para ensayar las mismas políticas que aplicó durante la crisis del 2009. Su margen de maniobra para hacerlo es muy limitado, por no decir nulo, dado que la ausencia de superávit fiscal llevará a que un aumento del gasto público se financie con emisión monetaria del Banco Central. A diferencia de lo ocurrido en el 2009, llevar adelante una política keynesiana expansiva, en el actual contexto de desequilibrios internos, conducirá a aumentar la inflación y la brecha cambiaria mucho más que a reactivar la economía. La combinación de todos estos factores lleva a proyectar para el 2013 un escenario de estanflación.

Errores estratégicos

En su afán disciplinador, el unicato cometió dos errores: por un lado dar marcha atrás con la “doble Nelson” que le había aplicado al gobernador Daniel Scioli, para darle al fin los recursos necesarios para pagar el medio aguinaldo completo. Ese repliegue deja al descubierto la debilidad presidencial por las encuestas y la debilidad estructural de la presidente, arriba mencionada.

Otro error, fincado en cuestiones personales, es haber roto la CGT e iniciar el desgastante trabajo de dejar a Hugo Moyano lo más despojado de poder posible: eliminación del APE (programa de prestaciones especiales); apriete a los intendentes para no renovar los contratos de Covelia S.A.; pérdida del control del puerto de Buenos Aires, etc. Son mandobles que dejan al camionero sin chance más que la de tornarse en furioso opositor. Por otro lado, la CGT “antimoyanista” no logra ofrecer un panorama claro, ni de liderazgo, ni de acciones futuras, aunque reclama lo mismo que la CGT oficial.

Un tercer error se estaría consumando en estas semanas: el apriete a empresarios en razones de haber sido “colaboracionistas” durante la última dictadura “cívico-militar”. La maniobra, que implica alimentar la caldera ideológica de un sector que adhiere al kirchnerismo, tendría por objetivo perfeccionar los métodos de disciplinamiento llevados adelante por Guillermo Moreno.

Mauricio Macri ¿está?

La Ciudad de Buenos Aires asiste al segundo año de “plancha” de la gestión Macri. Mucha publicidad, obras en la vía pública para ser apreciadas por el votante; escasa capacidad de proyectar futuro y nulas definiciones políticas, han sido las constantes. La pelea por el subterráneo, los cortes de luz a los lugares públicos por falta de pago y otras inoperancias justificadas por razones de jurisdicción, dejan una imagen muy pobre de alguien que dijo alguna vez que quería ser presidente, pero que pasa la mayor parte de su tiempo viajando por el mundo.

Al igual que Daniel Scioli, Macri se victimiza, aunque quien sale al ruedo es la vicejefa María Eugenia Vidal, papel que ocupara Gabriela Michetti en su gestión anterior. Riñas con vendedores ambulantes, peleas por el destino final de la basura y otros dominan la escena de una ciudad que merece algo más que el mantenimiento de lo visible.