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Planificación turbia

A pesar de que entre 2003 y 2016 el Estado Nacional transfirió US$ 4.700 millones a YCRT, en ese período no se concretaron los objetivos previstos. Más aún, la mina prácticamente dejó de operar.

Ayer aprobamos por unanimidad en el Colegio de Auditores Generales de la Nación un informe sobre el Plan de Reconversión de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) que fue remitido a la Justicia en el marco de una investigación que tiene secreto de sumario.

Al trabajar el tema fui tomando contacto con fuentes públicas de información -como la auditoría que llevó adelante la SIGEN o las transferencias de dinero realizadas por el Estado Nacional- que se suman a los hallazgos de informes anteriores de la AGN y que me llevan a concluir que YCRT es un caso de estudio sobre mala planificación estatal difícil de igualar en la historia argentina.

Tren de minerales, Mina Río Turbio, Santa Cruz, Argentina, alrededor de 1996. Fuente: rodoluca (www.panoramio.com/photo/43234782), via Wikimedia Commons.

Bajo la gestión de la empresa estatal Yacimientos Carboníferos Fiscales, la explotación de Río Turbio había alcanzado su pico de producción en 1980 con casi 1,5 millones de toneladas/año de carbón. Hacia mediados de los ’90, con la producción en caída, la mina fue entregada en concesión a la empresa privada YCRT que -a pesar de recibir fuertes subsidios del Estado- profundizó la decadencia.

Los incumplimientos del concesionario y su declaración en concurso preventivo de acreedores provocaron la reversión al Estado Nacional de la concesión en el año 2002. A partir de ese momento se decretó una intervención que debió ser temporaria pero se ha extendido por más de 13 años, durante los cuales se sucedieron 7 interventores.

Esta circunstancia dejó a YCRT en un “limbo” administrativo, sin personería jurídica para comprar y contratar, y la empresa  -desde la primera intervención en 2003 y hasta la fecha- no ha logrado normalizar los sectores productivos ni de administración.

Un trágico accidente en el año 2004, con 14 víctimas fatales producto de un incendio en la mina, puso en evidencia la decadencia y desinversión de décadas. La respuesta oficial: el Programa de Reconversión de YCRT.

Aprobado en 2006, este programa buscaba transformar el complejo carbonífero en una empresa carboeléctrica, mediante la construcción de una Central Termoeléctrica y la puesta en valor de la mina, el ramal ferroviario y los puertos de Loyola y Rio Gallegos.

Diez años después de la aprobación del plan de reconversión de YCRT y luego de que el Estado Nacional transfiriera fondos equivalentes a 1% del PBI actual, la mina de carbón no produce y la central termoeléctrica no está terminada.

Se previó un plan de acción ambicioso que postulaba la necesidad de expandir la capacidad de producción a 2 millones de toneladas de carbón (para abastecer a la Central Termoeléctrica), incrementar las reservas del yacimiento y realizar la adecuación del equipamiento, la infraestructura y las instalaciones del complejo.

Hasta ahí, la teoría. ¿Qué pasó en los diez años sucesivos?

En primer lugar, YCRT -que siguió y sigue intervenida- recibió mucho dinero del Estado Nacional.

Si se suman las transferencias realizadas al complejo minero Río Turbio las que se destinaron a la construcción de la usina eléctrica, se alcanza un monto de $ 29.712 millones de pesos corrientes (US$ 4.700 millones), una cifra equivalente a la construcción de las centrales hidroeléctricas sobre el Rio Santa Cruz, Condor Cliff y la Barrancosa.

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Fuentes: Ministerio de Energía y Minería y Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP)

A fin de dimensionar este colosal esfuerzo financiero, la cifra actualizada a septiembre de 2017 (según el Indice de Costos de la Construcción) es de $ 102.844 millones, equivalente a:

  • 1% del PBI en 2017
  • 5 de cada 100 pesos del Gasto Primario proyectado de la Administración Pública Nacional en 2017

Sin embargo, a pesar de estas magnitudes, el Plan de Reconversión no concretó los objetivos propuestos.

Las transferencias del Estado fueron creciendo año a año para afrontar el enorme déficit de YCRT, siendo marginales los ingresos operativos por ventas de carbón.

Esto se explica en gran parte porque, en lugar de que la producción se incrementara, pasó exactamente lo contrario. En efecto, tal como informa la auditoría de SIGEN, en 2015 se produjo sólo el 7% del carbón previsto en el Plan de Reconversión que representó, apenas, 24% de lo que se producía en 2011.

Con todo, si se contrasta la monumental inversión con los objetivos que ésta perseguía, vemos que:

  1. Se buscaba expandir la producción del yacimiento pero en la práctica se redujo hasta detenerse.
  2. Se planificó construir una central termoeléctrica a carbón que debió comenzar a operar en 2011 pero aún no está finalizada ni se tiene certeza de que se pueda contar con suficiente carbón de la mina para su funcionamiento.
  3. Se previó rehabilitar un ramal ferroviario pero no funciona.
  4. Se proyectó refuncionalizar puertos pero aún no comenzaron las obras.

Al mismo tiempo, resulta importante señalar que YCRT no solo carece de planificación hacia adentro, sino también de coordinación con otras políticas públicas y con objetivos estratégicos internacionales a los que se ha comprometido la Argentina.

Cuando finalmente se ponga en marcha la Central Termoeléctrica Río Turbio, se calcula que generará el 2,9% de la energía eléctrica del país. ¿Por qué si la matriz de generación eléctrica argentina se presentaba libre de carbón, se avanza en un proyecto que lo incluye? ¿Cuál es el sentido de ir a contramano del compromiso de reducción de gases de efecto invernadero del Acuerdo de París y de la estrategia global de reducción en la producción y consumo de carbón para generación eléctrica?

El proyecto YCRT está desfasado del eje estratégico de la matriz energética argentina y de los convenios internacionales asumidos en materia ambiental.

La falta de coherencia se suma a la total omisión de gestión ambiental. Con anterioridad al informe aprobado ayer , la AGN realizó tres auditorías ambientales (Res. AGN 132/14, Res. AGN 99/08 y Res. 168/02).

El principal problema ambiental es que el proceso sobre el material extraído de la mina genera una sustancia estéril residual –partículas de carbón– que se va acumulando. Esto se agrava porque el agua utilizada se desagota en los arroyos que alimentan el Río Turbio. En la auditoría aprobada en 2008, teniendo en cuenta que el volumen de materia “estéril” luego de décadas de producción alcanzaba a unos 30 millones de toneladas, la AGN observó que a pesar de esto YCRT no había realizado ninguna acción de remediación de pasivos ambientales y no había solucionado el problema de almacenamiento de residuos.

El más reciente de esos informes incluye observaciones sobre uno de los convenios entre la Universidad Tecnológica Nacional- Fundación Facultad e YCRT que están bajo escrutinio judicial por falta de transparencia. Firmado en agosto de 2010, el contrato tenía por objeto la realización de un estudio ambiental que estableciera una línea base (no había diagnóstico alguno hasta la fecha), determinara los impactos e implementara un Plan de Manejo Ambiental. La AGN observó que el plan no era adecuado y sugirió hacer uno nuevo. Con respecto a los 24 subprogramas previstos en el PMA , no emitió opinión porque aún no se habían implementado.

El futuro de YCRT, luego de la construcción de la Central Termoeléctrica, genera un nuevo interrogante que no había sido tenido en cuenta al cierre de la última auditoría ambiental: el tratamiento y disposición de las cenizas. La AGN recomendó volver a auditar la composición de las cenizas una vez que la Central esté en funcionamiento, a fin de evaluar su impacto sobre el medio ambiente.

Asi, es pertinente preguntarse por la racionalidad  de las decisiones tomadas con respecto a YCRT, con independencia del devenir de los procesos judiciales que ha generado.

4 respuestas a «Planificación turbia»

Si este desfalco al estado lo escucharamos de algun corrupto pais africano , de esos paises donde los paises europeos han explotado sin piedad y luego soportaron dictaduras por decenas, no nos pareceria extraño, pero en nuestro pais, donde nos preciamos de ser un pais en desarrollo con un nivel de educacion muy razonable, resulta insoportable. Espero una investigacion profunda de este situacion y similares y que se castigue a las personas involucradas con las penas mas severas, en caso contrario debemos pesar que este pais tiene un triste destino

Valiosos Informes .La ciudadania confia aún en la acción de una Justicia Republicana q permita recuperar dignidad y valores en la ciudadania y confianza en nuestras Instituciones. Un real y concreto cambio hacia adelante

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