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Papa Caliente

La designación de Jorge Bergoglio como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica descuajeringó, por un rato, el pensamiento de los sostenedores del relato oficialista. En forma individual se apresuraron a denostar a un prelado que siempre estuvo de la vereda de enfrente del kirchnerismo. Le enrostraron un pasado de supuesto apoyo a la dictadura y su presente de vinculaciones con enemigos del actual gobierno y críticas, no sólo al kirchnerismo, sino al populismo latinoamericano. El presente que Francisco le hiciera a la presidente – retribuido por el kit de mate que le llevara Cristina Fernández – es un modesto libro con las conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado latinoamericano y del Caribe del año 2007, en la que entre otras cosas la presidente podrá leer: “Constatamos un cierto progreso democrático que se demuestra en diversos procesos electorales. Sin embargo, vemos con preocupación el acelerado avance de diversas formas de regresión autoritaria por vía democrática que, en ciertas ocasiones, derivan en regímenes de corte neopopulista… Una democracia sin valores, como los mencionados, se vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando al pueblo.” Al entregarlo, Francisco le dijo: “Esto va a ayudar para ver un poco qué pensamos en este momento los padres latinoamericanos”.
Los principios inquebrantables del “relato” dieron paso a la conveniencia y al oportunismo de amigarse rápidamente con el nuevo Papa. La presidente, que días antes de la fumata bianca había lamentado que las mujeres no pudieran alcanzar las altas magistraturas de la Iglesia “de lo contrario me hubiera candidateado para papisa” – espetó en un acto – se mostró conmovida en su encuentro en el Vaticano.
Con la misma velocidad con la que algunos referentes del oficialismo se apresuraron a defenestrar a Bergoglio, cambiaron plomo por rosas sin que se les moviera un pelo. De alguna manera, la papa caliente que comenzó a circular se enfrió cuando la decisión fue la de hacer las paces con alguien que hoy ejerce un rol de liderazgo mundial con un alcance aún no definido. Sin embargo, el gobierno actual contabiliza su entronización como una derrota.
La eterna interna
El sacudón mediático entre la muerte de Hugo Chávez y la asunción de Bergoglio le quitó visibilidad a la interna peronista, diluida ahora por las colosales inundaciones que barrieron con la escenografía de cartón de varias gestiones. Así como el relato oficial se acomodó al surgimiento de un liderazgo internacional inesperado, el relato macrista de “los equipos de trabajo” – todos de vacaciones – se licuó en pocas horas. Desde la presidente hasta Macri, pasando por Daniel Scioli y Pablo Bruera, nadie saldrá indemne de esta prueba, de este verdadero “castigo bíblico”. A tal punto, que los contendores han alzado pañuelos blancos hasta que amaine. Los sindicalistas docentes depusieron sus planes de lucha y hasta La Cámpora reconoció que “hay que bajar el nivel de confrontación”.
Pasada la coyuntura – y aún operando sobre ella con acusaciones cruzadas – el peronismo se enfrenta a un triple desafío: hacerse cargo de los problemas creados por su propia gestión de 12 años – 24 en la provincia de Buenos Aires -, resolver el problema de la sucesión, sin que ello arrase con todo a su paso como con el conflicto docente en la provincia de Scioli; y cómo transitar lo que le queda del mandato, en medio del cambio de base política que operó el cristinismo en su segundo período de gobierno.
La postura del gobernador de Buenos Aires de “hablar con todos” y sacarse fotos con enemigos declarados del kirchnerismo y hasta entrevistarse con Julio Cobos, son gestos demasiado fuertes para dejarlos pasar para un gobierno muy celoso de esos mensajes y bastante paranoico en general. De manera que “disciplinar” al ex empresario de electrodomésticos es algo natural en el esquema de poder establecido desde la Casa Rosada. Nada de esto despeja las incertidumbres sobre la sucesión. Mucho menos acerca de la solución de los problemas que ha generado “el modelo” en el plano económico y “el relato” en el conjunto del sistema político.
Sin duda alguna, el triunfo de Daniel Peralta en Santa Cruz, constituye un punto de inflexión en la interna peronista. Con más del 80 por ciento de los votos a su favor, el gobernador díscolo derrotó a La Cámpora y a todo el kirchnerismo santacruceño y nacional. Peralta se impuso en 10 de las 14 localidades de la provincia patagónica. Con ese margen definirá su política de alianzas y los nombres de los candidatos a legisladores para la elección de este año.
El camino que señala Peralta dentro del peronismo indica que hay vida después del kirchnerismo, que se le pueden ganar a la presidente, a Julio de Vido y a los medios oficiales que lo bombardearon durante estos meses en los que además sufrió el ahogo financiero impuesto por la nación a todos los reacios a obedecer.
Otro corolario de esta elección es la nula capacidad de La Cámpora para desempeñarse con éxito en la arena electoral, desde la universidad, hasta las concejalías. Esto es muy grave para una presidente que en su cambio de base de poder ha puesto a esta agrupación como pieza clave de su nuevo armazón.
Al listado de Daniel Scioli, José Manuel de la Sota, Roberto Lavagna, Hugo Moyano y Roberto Lavagna, habrá que sumar a Peralta.
Los problemas de siempre
Podríamos hilvanar causas y efectos para comprender la realidad actual. A los imponderables naturales se les dará su peso relativo en la ecuación, pero al igual que la tragedia de Cromagnon, u Once, se tejen los hilos de improvisación, falta de obras, corrupción e irresponsabilidad. Si las obras hídricas, ferroviarias o de infraestructura no están es porque en la actual coyuntura económica el gobierno carece de financiamiento, gestiona sin planificación o carece de iniciativa creyendo que el tiempo soluciona todo. El primero es efecto del aislamiento internacional de la Argentina; la inflación y la dilapidación de los recursos públicos ingentes en el largo período de bonanza que llevamos, merced a la sustancial mejora en los términos del intercambio, para el país y para toda la región. Y como el gobierno apela al financiamiento local – ANSES, Pami; Tesoro – profundiza el ciclo inflacionario.
La planificación se reciente al tener el futuro fuertes incertidumbres con respecto a precios sensibles de la economía; al no haber líneas estratégicas y al predominar el corto plazo y depender el desarrollo de obras del factor político. Ambos factores, financiamiento escaso y planificación nula, son especialmente notables en el sector energético. Allí, como en otros ligados a las infraestructuras de comunicación y de transporte, una vez alcanzada la máxima capacidad instalada, se careció de iniciativa e inversión para su ampliación.
Todo esto se da en el marco de lo que señala el documento que Francisco le entregó a la presidente para recordarle el empobrecimiento constante de nuestro sistema democrático.
Lejos de reconocer que estos lodos son productos de aquellos polvos, el gobierno insiste con los parches, el déficit, el clientelismo y la falta de gestión. Insiste con un relato que tiene a los derechos humanos como piedra angular. Una triste ironía del destino hizo que uno de los tantos ancianos que conforman la mayoría de una imprecisa y larga nómina de fallecidos en la ciudad de La Plata es la Abuela de Plaza de Mayo Lucila Ahumada de Inama que a los 77 años no había encontrado a su nieto. La Plata también es la ciudad que espera a Jorge Julio López. La Plata es la ciudad natal de la presidente y ha sido el escenario que resume la verdadera tragedia argentina.

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El Ciudadano Bergoglio

En nuestro país, la designación de Jorge Bergoglio como Papa emocionó y despertó esperanzas en casi todos y también, en unos pocos, absurdos cuestionamientos.

La extraordinaria repercusión periodística, como no podía ser de otra manera, hizo que todos sepamos hoy de su historia de vida. Pero es muy poco lo que se sabe, precisamente por su condición religiosa, de sus puntos de vista de ciudadano sobre los asuntos públicos en la Argentina. Es por eso que me parece apropiado compartir las notas que en su momento tomé de las reflexiones del Padre Bergoglio en ocasión de la presentación de un trabajo en una sede académica de la Ciudad de Buenos Aires a mediados de Junio del 2010.

 

Es indispensable procurar consensos fundamentales que se conviertan en referencias constantes para la vida de la Nación y puedan subsistir más allá de los cambios de gobierno.

La unidad siempre es superior a los conflictos. La opción por los conflictos nos vuelve estériles, y cuando las partes superan el todo se opta por la fragmentación.

La noción de desarrollo humano presupone coordenadas precisas como la solidaridad.

La solidaridad es un valor prioritario, que se incorpora a la Constitución de 1994 con la nueva fórmula del progreso: proveer al desarrollo humano.

La República tiene su carta de navegación y el itinerario de la gestión política es la propia Constitución.

En la Constitución está conciliada la voluntad general, no hay que buscar otra cartografía política.

Valoramos como un dogma la pluralidad de miradas sobre la cuestión social y política.

La calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones, cuyas deficiencias de funcionamiento producen altos costos sociales.

De aquí en más, desarrollo y solidaridad son una fórmula conceptual inseparable.

La fórmula que se propone es la unidad en la diversidad.

Es propio de la alta política el comenzar y mantener procesos en contraposición a dominar espacios.

Estas fueron mis notas textuales de esa mañana en la Universidad del Salvador, sin agregados ni comentarios.

 

Una última reflexión, parece razonable pensar que en un mundo carente de liderazgos aceptados – que además está atravesado por una crisis irresuelta, con democracias acosadas por el drama de la desigualdad social y sociedades amenazadas por el resurgimiento de conflictos religiosos- una voz que acredite autoridad moral está llamada a protagonizar el necesario cambio de época que este tiempo histórico exige.

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Lecturas Recomendadas

En este envío de Escenarios Alternativos, renovamos la sección Protagonistas con una entrevista exclusiva con la presidente de la Convención Nacional de la UCR, Lic. Lilia Puig, en la que entre otras cosas afirma: “VAMOS HACIA UNA LÓGICA LÍDER/MASA QUE TERMINA EN LA FUNDAMENTACIÓN POLÍTICA DE UN RÉGIMEN AUTORITARIO".

La habitual Coyuntura política (previa a la muerte de Hugo Chávez) titulada, EL CANTO DE LA SIRENA, analiza el discurso inaugural del año legislativo dado por la presidente. Muchas flores para sí y un misil a la Corte Suprema de Justicia. Otro capítulo de los holdouts y el Tratado con Irán ponen sombras sobre la economía y el futuro de la Argentina entre los países serios.


Dice Diego Julio Martínez en: DISCUSIONES EN TORNO A LA REPRESENTACIÓN CORPORATIVA: “Luego del discurso de la Presidenta de la Nación de apertura de las sesiones ordinarias del Parlamento, revisé (todavía tengo memoria) algunos apuntes que tengo de Norberto Bobbio, para pensar la cuestión del Consejo de la Magistratura y el mecanismo de selección de sus integrantes. En realidad no quiero discutir solo sobre ese punto en particular, prefiero hacerlo sobre una palabra muy reiterativa en el discurso presidencial, la cuestión corporativa".

PERCEPCIONES Y REALIDAD SOBRE EL TEMA DE LOS DELITOS EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, de Francesco Amodio y Lucía Freira, aborda el aumento de la criminalidad en la Ciudad.

Mabel Bianco, en ENTRE LA IMPUNIDAD Y LA TOLERANCIA,
observa la asociación entre la tolerancia con que la sociedad acepta la violencia contra las mujeres y la impunidad que gozan los agresores a quienes no se sanciona o se lo hace débilmente. Combinación nefasta para las mujeres que cada día sufren agresiones más frecuentes y más graves.

Bajo el título ¡MANOS EN ALTO! el ex canciller de Raúl Alfonsin, Dante Caputo, califica de asalto a la buena fe de los argentinos, la aprobación del tratado con Irán, y lo señala como una imprudencia en materia de tratamiento de los asuntos internacionales.

SUBTERRÁNEOS, UN SIGLO DE VIDA – COHERENCIA Y RESPONSABILIDAD, de José María García Arecha, se adelanta al centenario del primer servicio, el primero de América Latina, y el séptimo del mundo, el servicio de transporte de pasajeros de más alta tecnología en ese momento. Ante ese centenario, observa en perspectiva las realizaciones y las carencias, ya que está instalado el tema del funcionamiento de los actuales servicios de subterráneos no solo como prioridad en nuestra ciudad, sino casi como tema nacional.

En el plano internacional, Sergio Ramírez en LA PRIMERA BICICLETA (PERÓN Y CHÁVEZ) analiza los dichos del presidente José Mujica acerca de A pesar de su gratitud con Chávez, porque ha prestado ayuda económica al Uruguay en momentos cruciales, y hay que ser agradecido porque sino "uno escupe en la mesa que come", en lo que tiene sobrada razón, el presidente Mujica expresa sus juicios desde el balcón democrático de su país, y los toros se quedan bastante de largo.

Según el New York Times, un grupo de asesores del más alto rango de Obama, preocupado por los inevitables riesgos y peligros que enfrenta un presidente en su segundo mandato, le recomendó al presidente "apegarse con rigor a los temas que articularon su campaña electoral". Si sigue este consejo, América Latina claramente no tendrá cabida en la agenda de Obama en los próximos cuatro años. Este es el pronóstico de Peter Hakim en EL SEGUNDO MANDATO DE OBAMA PARA AMÉRICA LATINA.

Umberto Eco, en LA UNIÓN EUROPEA NECESITA OTRO GRAN HÉROE COMO ASTERIX, sugiere debatir abiertamente la unión civil entre parejas homosexuales y abordar esta temática con amplitud. En muchos casos, la discusión ha pasado de ser una defensa objetiva de los derechos civiles a una exposición teórica de posiciones religiosas que promueven la oposición por la oposición, tal como lo que sucede con la legalización del aborto.

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General Opinión Política

Ir por Todo

La visión kirchnerista del mundo, entre el relato y la realidad. Las consecuencias sobre la política internacional. Las encrucijadas de Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri, ante la Casa Rosada y las elecciones. Las paritarias en plena ebullición. Octubre ya está en la mira de todas las decisiones.

El jueves 27 se cumple un año de aquel encuentro en la ciudad de Rosario, en el que la presidente arengaba a sus seguidores – mientras la intendente Mónica Fein hacía uso de la palabra – asegurándoles a sus militantes enardecidos: “Vamos por todo”. Cinco días después del accidente ferroviario más luctuoso de la Ciudad de Buenos Aires, la presidente se ocupaba de mostrar fortaleza y decisión, ignorando la tragedia, al igual que hizo su marido con el caso “Cromagnon”.

Esa visión sesgada, navega entre las aguas del oportunismo y la épica revolucionaria, tiñendo todos los actos de gobierno de la era del matrimonio Kirchner, pero exacerbada en la etapa cristinista, tal vez por su afición a la tribuna y al abuso de su oratoria de barricada. Por las razones que fuere, el gobierno hace gala de una concepción del capitalismo, entendido como una bestia a la que hay que domar/regular, disciplinando al mundo empresario por vías de la fijación de la tasa de ganancia y no, como ocurre en general, por medio de un sistema tributario que redistribuya la riqueza sin afectar las expectativas de inversión y negocios de los distintos actores del mercado.

Profundizando, ciertos versículos de este evangelio – cuya autoría podría atribuirse a Axel Kicillof – completa esta perspectiva la idea de que el control del ejercicio de los derechos de propiedad es la mejor herramienta para regular los díscolos comportamientos de los empresarios. Por caso, recién “adentro” de YPF, l’enfant terrible pudo tomar dimensión de lo que allí ocurría. Por último, prima el concepto por el cual los precios domésticos no deben reflejar los precios internacionales, es decir, deben permanecer “desenganchados” de la realidad mundial, sin olvidar que el tipo de cambio también es un precio.

A estas ideas se le suma la versión sui generis de sistema democrático, caracterizado por la ausencia de mediaciones, o de mediaciones formales; la preeminencia de la mayoría electoral para avalar todos los deseos del Poder Ejecutivo, en nombre del pueblo; la descalificación de los poderes Legislativo y Judicial rotulados de opositores cuando ejercen su facultad constitucional de balance de poder y, finalmente la persecución económica de medios que no comulgan con el evangelio K.

De estas dos vertientes, más o menos manifiestas en los discursos, pero aplicadas con eclecticismo y oportunidad, según el caso, se desprende el curso de la política en materia de relaciones internacionales. El “memorándum” – elevado a carácter de Tratado en su paso por el Senado – con el gobierno totalitario de Irán, a raíz del caso del atentado la AMIA, reflejan que en el campo internacional el kirchnerismo cree que la crisis económica global – de ese capitalismo decadente – y las fisuras y defecciones de algunos de los países líderes del mundo, abren la puerta para introducir cambios ensayando maniobras estrafalarias, so pretexto de hallar con este acercamiento un camino hacia la verdad de los hechos que, hay que recordar, tienen una responsabilidad primaria en el Estado argentino. El gobierno ya consagró en un juicio oral escandaloso, la impunidad para la llamada “conexión local”.

El canciller Héctor Timerman en su desopilante exposición en el senado, no

pudo responder a preguntas tan elementales como: ¿Por qué el cambio de postura? Mientras los últimos años Argentina exigía en los foros internacionales la extradición de funcionarios iraníes con pedido de captura, con el acuerdo se acepta una propuesta ofrecida por Irán en 2007 y que entonces fue desechada por nuestro país por improcedente y por desviar el curso de la justicia.

¿Por qué no hay indagatorias? El acuerdo reza taxativamente que habrá interrogatorio, pero nada dice de indagatoria. Es decir que no tendrá valor a los efectos de hacer justicia en nuestro país. Más aún, la propia Audiencia no tiene seguridades de llevarse a cabo si la Comisión de la Verdad entiende que no hay mérito para seguir la causa.

¿A qué se debe que siendo una causa judicial por un crimen perpetrado en Argentina, causa que Irán ha obstaculizado durante años negando la extradición de los funcionarios presuntamente implicados, en los interrogatorios participen funcionarios iraníes? ¿Será para custodiar el cumplimiento de la ley iraní?

¿Qué intervención tuvo la justicia argentina, puntualmente el juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Alberto Nisman en el proceso de elaboración del acuerdo? Según el canciller no han participado. ¿Con quién ha firmado un acuerdo Timerman? El régimen iraní es uno de los gobiernos más desacreditados de la tierra. Es reconocido por su poca confiabilidad en el mundo y su crueldad fronteras adentro: persigue con saña a homosexuales, restringe los derechos de la mujer, niega el holocausto y amenaza periódicamente con borrar del mapa a Israel.

Quienes señalan que Estados Unidos también está abriendo un proceso de negociación con la República Islámica de Irán olvidan una cuestión fundamental: en un caso el tema se rige por el derecho interno, el de AMIA es un crimen imprescriptible, de lesa humanidad; mientras que el otro está enmarcado por el derecho internacional.

Es evidente por qué Irán quiere acordar con Argentina: este año tiene elecciones, algunos de los sospechosos por el atentado son candidatos y querrán limpiarlos de culpa y cargo. A su vez, un país con mala reputación, precisa mostrar gestos de apertura, transparencia y sensatez.

De todos modos, el cristinismo avanza a caballo de este conjunto de ideas y acciones en un año electoral sin perder de vista la, por muchos acariciada, posibilidad de la reelección indefinida. Varias espadas del oficialismo siguen atizando ese carbón y el inefable Ernesto Laclau volvió a defender la posibilidad de reforma de la Constitución Nacional que permita la reelección indefinida de la mandataria, abonando el particular concepto de democracia al que nos hemos referido: “La Constitución argentina que se estableció en el 94 es una Constitución que en realidad está dominada por los modelos neoliberales que predominaban en ese momento. Hoy tenemos que avanzar en una dirección diferente. Creo que tiene que haber la posibilidad de una reelección indefinida”; es “antidemocrático que si la gente quiere seguir votando por un candidato eso sea imposible por una valla legal”. Esta es la concepción kirchnerista de la ley, de las normas: “vallas” en el camino de un líder iluminado y ungido por su pueblo.


El juego electoral

Daniel Scioli y Sergio Massa, dos estrellas que brillan en el firmamento bonaerense – aquel que concentra el cuarenta por ciento del electorado nacional – se muestran juntos y no hablan más que de gestión de sus territorios. No los une el amor sino la desconfianza mutua y la necesidad de mostrar que son dialoguistas y afables, el reverso de la moneda kirchnerista. Su actitud de “pago chico” incluye no decir una palabra del acuerdo con Irán. Mientras el intendente coquetea con la Casa Rosada y su edad le permite darse el lujo del tiempo, Scioli sabe que el 2015 es su momento. Además, el moto nauta tiene en sus manos la gestión de una provincia con importantes dificultades económicas. Ya hizo pública su incapacidad para dar un aumento a los docentes – ofreció un veinte por ciento que tampoco estaría en condiciones de honrar – abriendo las puertas al “no inicio” de las clases en su territorio, punta del iceberg de las paritarias estatales.

El armado político de Scioli está calculando el momento de dar el salto, pero por ahora las cadenas del financiamiento los mantienen quietos. Ya adelantó que para las elecciones de este año necesita las listas de legisladores provinciales para garantizarse la gobernabilidad, en tanto que la de diputados nacionales será confeccionada desde Olivos.

Mientras que a Scioli y Massa la reelección posible de la presidente les resulta un escollo, a Mauricio Macri le resultaría indispensable. Para las elecciones de medio término sueña con ganarle a Alicia Kirchner – si fuera finalmente la candidata del FPV – y en el 2015 enfrentar a una Cristina habilitada, pero debilitada. Si no fuera ella, su candidatura se diluiría en el mar del peronismo.

A todo esto, el oficialismo mantiene la iniciativa y los resortes de la arquitectura electoral: podría ponerle a Sergio Massa el disfraz de delfín K, darle a Scioli el aire necesario para llegar a fin de año con la provincia más o menos en paz y obtener el porcentaje de votos mágico, ese 40 por ciento que mantenga con vida la llama de la reforma constitucional. Es probable que esa estrategia hubiera sido la de Néstor Kirchner, pero el entorno pretoriano creado por su viuda exige pureza ideológica, por lo que la alternativa de llenar las listas con cristinistas a costa del 40 por ciento, es una posibilidad cierta.


El cepo fiscal

De cepos y mazmorras la monarquía ha hecho gala siempre. Esa misma retórica que la presidente aplica a la Reserva Federal podría corresponderle a la perfección: “ellos tienen la máquina de los dólares”, chicanea para justificar el control de cambios. “Si el gobierno nos presta la maquinita…” declaró el senador Alberto de Fazio, creador de la Juan Domingo, y proponiéndolo como solución a los problemas de financiamiento de su gobernador. Es que la presión hacia las provincias es doble: dependen de la ayuda de la nación que a la vez les impide endeudarse en el exterior.

A diferencia del Estado nacional, el grueso de los presupuestos provinciales se va en sueldos y cualquier ajuste en las paritarias compromete gran parte de sus ingresos, como sucede ahora en la tensa negociación con los docentes.

Tal como está planteada la coparticipación, el distrito más independiente es la Ciudad de Buenos Aires que vive en un 88 por ciento de sus recursos propios – eso le permite hacer una oferta a los docentes que supera a la pauta nacional. En el otro extremo de los distritos grandes están Córdoba, y Santa Fe que dependen casi en un 60 por ciento de la coparticipación, en tanto que provincias como Formosa subsisten gracias a que el 92 por ciento de sus ingresos se deben a la coparticipación.

En un panorama en que la relación deuda pública/PIB se redujo tanto en las provincias como en la nación, al punto de ser la Argentina el segundo país con menos deuda de América latina. En una coyuntura en que los créditos externos resultan “baratos”, no se entiende, más que por el componente ideológico de la visión del gobierno, que se les vede a las provincias la posibilidad de recurrir al crédito internacional para financiar obras de infraestructura.

Publicado en Escenarios Alternativos

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¿Otra Vez la Maldición China?

En el actual turno del justicialismo se evidencia un facilismo económico cuya consecuencia es el debilitamiento del capital social de los argentinos. Esto tiene un notorio impacto negativo en tres áreas clave: los recursos energéticos, la infraestructura de transporte y la educación.

 

Este año, al completarse tres décadas ininterrumpidas de vida democrática, el peronismo habrá cumplido veintidós años de ejercicio en el gobierno nacional -diez años continuados desde el 2002- y veinticinco años seguidos a cargo de la Provincia de Buenos Aires.

En este contexto, un dato político sustantivo es que el peronismo, por primera vez en su historia, deberá afrontar las derivaciones directas de sus propias políticas. En efecto, en 1955 y en 1976 por los golpes de Estado y en 1999, por el resultado electoral, el justicialismo no tuvo que hacerse cargo de las consecuencias de su gestión de gobierno.

En el actual turno peronista, el fracaso de las políticas oficiales se evidencia en la desacumulación del capital social de los argentinos en tres áreas clave: los recursos energéticos, la infraestructura de transporte y la educación.

Con posterioridad al colapso del régimen de convertibilidad, la combinación de demanda creciente (exacerbada la mejora relativa de la actividad económica por precios subsidiados de los productos energéticos y las mermas en la producción doméstica de gas y petróleo, en el período 1998-2011 la producción de petróleo decayó un 32% y la de gas, por su parte, se redujo el 11% desde el 2004) condujo a requerir crecientes volúmenes de importación de combustibles. En el último año, ese costo trepó a alrededor de 10 mil millones de dólares, llevando la balanza comercial energética a registros negativos.

Así, en materia energética, la ausencia de políticas consistentes de ampliación de oferta y la intensidad y extensión de subsidios irracionales al consumo dieron lugar a una insólita promoción de importaciones por una cifra equivalente al total de exportaciones del sector automotor.

En relación al transporte, y específicamente en el rubro ferroviario, la degradación de la infraestructura del sistema -expuesta dramáticamente en la tragedia de Once- se evidencia en que los subsidios otorgados en el 2011 a los concesionarios privados superan en veinte veces la inversión anual que, a su vez, es apenas una décima parte del monto necesario para atender los requerimientos de la amortización de los activos de la red.

En el transporte automotor de pasajeros, por su parte, a pesar de que el subsidio por pasajero en el Área Metropolitana de Buenos Aires se multiplicó por treinta en los últimos 8 años, se redujo la oferta (cantidad total de asientos), empeoró la calidad (antigüedad promedio del parque automotor) y aumentó la incomodidad (pasajeros promedio por vehículo). La mala praxis en estas dos áreas claves impactó en las cuentas públicas que, si se detraen los recursos extraordinarios de las rentas de la ANSeS y las utilidades del Banco Central, muestran una posición fiscal deficitaria, lejos de los tres puntos del PIB de superávit fiscal primario que hubo hasta 2008.

En relación a la educación, y a pesar del aumento de casi el 50% en el presupuesto del sector, los resultados no pueden ser más desalentadores: caída en los indicadores que estiman la calidad de la educación recibida por los alumnos; reducción de la matrícula –tanto en el nivel primario como el secundario- de las escuelas de gestión pública y aumento de la desigualdad entre provincias. Por caso, de acuerdo a datos oficiales en Santa Cruz sólo 9 (sí, sólo nueve) alumnos pueden acceder a escuelas con Jornada Escolar Extendida.

De este modo, no obstante el crecimiento económico, la multiplicación del gasto público y el incremento del presupuesto educativo, las deficitarias políticas oficiales no han evitado el aumento del contingente de jóvenes de entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan. Hoy son, de acuerdo a cifras oficiales, cerca de un millón cuatrocientos mil, casi un tercio más que en el año 2001.

En los tres casos queda claramente expuesta una mala asignación de los recursos públicos que ha erosionado la solvencia de las cuentas públicas.

Esta descapitalización social de la Argentina, producto del facilismo económico que distingue a las políticas públicas del justicialismo, se genera en el momento histórico en el que el mundo ofrece una oportunidad internacional inédita en el último siglo.

Esta exigente realidad es un llamado a la responsabilidad de todos los actores políticos y sociales que harían bien en reflexionar sobre los señalamientos de un reciente trabajo de la OEA y el PNUD, titulado “La democracia de ciudadanía”, cuando afirma que “sobrepasar lo sostenible y sucumbir ante el facilismo económico es igualmente riesgoso para la estabilidad de la democracia.

Lo políticamente popular puede ser social y económicamente insostenible, generar expectativas irrealizables y materializarse en mayores retrocesos y frustraciones para la ciudadanía”.

Es necesario, antes que sea tarde, que el Gobierno reconozca los riesgos de insistir en políticas públicas equivocadas y, de este modo, evitar que la sociedad argentina sufra las consecuencias, otra vez, de la milenaria maldición que los chinos deseaban para sus enemigos: ojalá vivas tiempos interesantes.

Publicado en Clarín el 23 de Enero

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