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La Revolución de Mayo y el Radicalismo según Raúl Alfonsín

Sylvia Ruiz Moreno participa de la construcción del Foro de Historiadores Radicales que estamos organizando en el Comité Nacional y preparó un muy interesante trabajo sobre La Influencia de la Revolución de Mayo en la Historia del Radicalismo.

De allí  extraigo un documento muy valioso: el  Discurso del Presidente Alfonsín ante la Asamblea Legislativa de la República Oriental del Uruguay el 25 de Mayo del año 1987 donde afirma que ese día es “ nuestra principal fecha patria común para uruguayos y argentinos” y agrega que “ Artigas no se comprende sin el 25 de Mayo y el 25 de Mayo no se comprende sin Mariano Moreno”

En esa  condición de herederos de un patrimonio común es que se puede entender, tal vez, la presencia sin complejos del Presidente Mujica en la conmemoración  del Bicentenario en la  Ciudad de Buenos Aires.

4 respuestas a «La Revolución de Mayo y el Radicalismo según Raúl Alfonsín»

Excelente el trabajo de Sylvia Ruiz Moreno. Invita a seguir buscando y leyendo más acerca de todo aquello que muchos han olvidado del radicalismo.

Estimado Jesús: te felicito por este nuevo espacio que veo que has encarado con todas las pilas. Me puso muy contento que hayas rescatado las raíces de Mayo del Radicalismo. Sin dudas la raíz ideológica del radicalismo no puede estudiarse sin estudiar a su vez la Revolución de Mayo. La Generación del 37 que reunió entre otros grandes hombres de nuestra historia a Marco Sastre (Ver Ojeada filosófica sobre el estado presente y la suerte futura de la Nación Argentina) Echeverría (Ver Dogma Socialista) y Alberdi (Ver Fragmento Preliminar al estudio del derecho) nació como una reacción política e intelectual a la idea del «plagio», político e intelectual. Esta generación consideraba que era necesario desarrollar una política y cultura propia. Alberdi en su Fragmento Preliminar señala: « Una nueva era se abre para los pueblos de Sud América, modelada sobre la que hemos empezado nosotros, cuyo doble carácter es : la abdicación de lo exótico por lo nacional; del plagio por la espontaneidad…y después el triunfo de la mayoría sobre la minoría popular». Así, se veía que lo único «nuevo» que había imperado en el país era la Revolución de Mayo imbuida de sus principios libertarios en lo político, pero también en lo económico (Moreno, Belgrano, Vieytes). Ante los gobiernos retardatarios posteriores, esta generación propugna una vuelta a las ideas progresistas de Mayo, y es por eso que la Generación del ‘37 acuña el lema «Mayo, Progreso y Democracia».
Nace entonces la necesidad de propugnar soluciones nacionales (auténticas) a los problemas nacionales. Estos postulados serán reafirmados en América por hombres como José Martí que desde la literatura y la política propiciará una mirada más americana. Y aquí podemos ver en Mayo, la Generación del 37 y José Martí, parte de la raíz de la concepción americanista que Yrigoyen le imprime a la UCR., creando el primer partido de Latinoamérica que se reivindica ideológicamente americano.
También en los ideales de Mayo rescatados por la Generación del 37, podemos encontrar los fundamentos últimos de la política económica radical. En este reconocimiento encuentran sentido profundo las palabras de Yrigoyen cuando dijo que «nuestro programa económico es la Constitución» lo que fue mal interpretado y ridiculizada por sectores reaccionarios en sintonía con la izquierda boba de los slogans, que siempre busca escribir su propia historia. Hoy podemos ver definiciones absolutamente actuales en las «Palabras Simbólicas» (que luego constituirán el Dogma Socialista), que tal vez constituyan una de las tantas deudas a saldar en el Bicentenario de la Patria. (o tal vez podríamos decir que después de tantas vueltas estamos discutiendo lo mismo!). La redacción de las «Palabras Simbólicas» que generalmente se le atribuye a Echeverría (y a Alberdi las últimas) fue una obra conjunta que refleja los debates en el Salón Literario. Estas ideas hablan del papel de la libertad, la democracia, la cultura, la necesidad de fomentar la industria nacional, etc. y constituyen todo en programa político. Así se puede leer «Industria que no tienda a emancipar las masas y elevarlas a la igualdad, sino a concentrar las riquezas en pocas manos, la abominamos. Para conseguir la realización completa de la igualdad de clases y la emancipación de las masas es necesario que todas las instituciones sociales se dirijan al fin de la mejora intelectual física y moral de la clase más numerosas y más pobre». Echeverría muere antes de ver redactada la Constitución de 1853 pero lo nombra heredero de su pensamiento a Alberdi quien acepta su legado. Alberdi redacta Bases, influye enormemente en los constituyentes de 1853 y en 1854 escribe si «Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina según su Constitución de 1853» para explicar el sentido de la Carta Magna que él había ayudado a forjar (libro ignorado generalmente por constitucionalistas y políticos al momento de interpretar la Constitución ) con las mismas ideas de la Generación del 37 señala: « La riqueza es un medio, no un fin, la Constitución Argentina propende por espíritu de sus disposiciones económicas, no tanto a que la riqueza pública sea grande, como bien distribuída, bien nivelada y repartida; porque sólo así es nacional, sólo así es digna del favor de la Constitución, que tiene por destino el bien y la prosperidad de los habitantes que forman el pueblo argentino, no de una parte con exclusión de otra. Ella ha dado garantías protectoras de este fin social de la riqueza, sin desconocer que el orden social descansa en las bases de la libertad, igualdad, propiedad, seguridad». En definitiva la Constitución de 1853 es el programa político y económico de la Generación del 37 (que rescata las ideas de Mayo: Moreno, Belgrano, Vieytes), de la cuál Yrigoyen se declarará heredero en lo esencial, señalando que la política económica de la UCR garantiza no sólo el fin social de la riqueza, erradicando como plan liminar la pobreza, sino las bases del derecho a la libertad, la igualdad, la propiedad y la seguridad, en un país democrático que por las luchas de la UCR ya para la primera presidencia radical, había convertido a los «habitantes» en «ciudadanos» al garantizar la libertad del sufragio. Así se revela, que en el diccionario radical progresismo es el que viene de las ideas de Mayo y ese es un legado más que vincula a la UCR con la Revolución de Mayo. La UCR propende en su actuar a llevar adelante la revolución inconclusa que iniciaron nuestros patriotas: la realización material y moral de nuestro pueblo en paz. En tal sentido somos revolucionarios y al mismo tiempo militantes de la paz.

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