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Fuga de Capitales: No Se Habla, pero Hay

Paglieri  Eduardo Anguita, respetable periodista que adhiere al Gobierno de la Presidente Kirchner,  tuvo un diálogo telefónico en su programa radial con la Secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri.

Allí la funcionaria, además de amonestar al periodista por el tono de la pregunta afirmó: “No hay fuga de capitales y si lo hubiera sería un hecho grave”.

Bueno, creo que habría que ir avisándole a la funcionaria que ese episodio grave se viene produciendo desde hace más de cuatro años y que está adquiriendo  matices preocupantes.

En efecto, entre los años 2003 y 2011 el esquema de gobierno se sustentó en tres pilares, uno de los cuales era el superávit del comercio exterior, cuyo saldo acumulado – exportaciones menos importaciones- fue de alrededor de 132000 millones de dólares.

De acuerdo a los datos oficiales, ese saldo comercial favorable se destinó al incremento de las reservas en alrededor de 38000 millones de dólares; a las remesas netas originadas en la Inversión Extranjera Directa – utilidades, royalties, etc- por una cifra cercana a los 23000 millones de dólares; a pagos netos  a organismos multilaterales de crédito – el llamado desendeudamiento- por alrededor de 11000 millones de dólares y el resto,  casi 60000 son salida de capitales privados.

La acumulación de activos externos , vulgarmente conocida como  fuga de divisas, fue equivalente a algo menos de la mitad del superávit comercial generado en  los ocho años de gobierno de los Kirchner.

El tono de complejidad creciente de la situación económica , que el Gobierno se empeña en negar, se revela cuando los tres pilares del cual el Gobierno se vanagloriaba están seriamente debilitados, esto es los superávits fiscal y comercial se transformaron en deficitarios y el tipo de cambio  impactado por la inflación repercute en dificultades crecientes para los exportadores.

Con un escenario previsible mucho menos auspicioso, tanto global como localmente, es difícil pensar que esa salida de capitales se detenga o se reduzca en los próximos meses por lo que los periodistas serios, amigos o distantes del gobierno, deberán de abstenerse de preguntarle a Paglieri o, más probable, los funcionarios deberán tener otra política.